El tortuoso camino al cielo de Jiménez Losantos

“Por una vez, tampoco es culpa del Gobierno. Al contrario, le echarán de menos: nada moviliza más al votante socialista que el dóberman, una dosis de losantín por las mañanas. Mariano Rajoy, por el contrario, sí brindará con su salida; Federico predica la herejía entre su parroquia. Pero tampoco parece que su mano esté detrás: sería la primera vez que el líder del PP pasase al contraataque frente a los que le mueven la silla en la derecha”

Acuérdense de aquello de que viene el lobo, que siempre ha tenido sus efectos populistas y electoralistas, pero todos los cuentos tienen su final.

Es la interpretación más inteligente que leído entre las muchas que se han escrito de la salida (patada en el trasero) de Federico Jiménez Losantos de la Cadena COPE.

Como dice Nacho, es cuestión de cepillo, no de generosidad eclesiástica. Y lo tienen que tener bastante claro.

Es necesario tener en cuenta los últimos giros de los prebostes de la comunicación derechista de este país, todos en un amansamiento voluntario de discursos altamente sospechoso. Cuando el negocio y la influencia se desorientan, toca aparentar ser más moderados, eludir la confrontación que conduce a la debacle. Puro marketing eclesial, diseñado a conciencia por la agencia publicitaria del más allá, para mayor beneficio de réditos y de ovejas bajo el sabio mando de un sólo pastor.

En eso de vender mensajes, pocos pueden igualar a la sacrosanta institución del reino de los cielos en la tierra.

El cielo, las más de las veces, cuesta bastante alcanzar.