Si a mí se me ocurriera gritar mi ateísmo al paso de una cofradía en Sevilla, seguro que me linchaban allí mismo.
Ellos, sin embargo, sí que pueden hacer lo que les dé la gana sin que se puedan cuestionar sus acciones.
Así es como entienden los talibanes de la religión el concepto "libertad de expresión", que sólo tiene sentido pleno cuando son ellos quienes lo ejercen y no los demás.
Como dice el sabio refrán: con la Iglesia hemos topado.
20 marzo 2009
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2 comentarios:
Jajaja! me apunto a lo del grito de guerra Jajaja! nos linchan fijo pero fijo o a la hoguera, aunque no estaría mal morir en sevilla.:-)
Te leo siempre... siempre, pero es que no tengo ni segundo pa na de na. C'est la vie pour moi,pas de temps!
besos, muchos, muchos con muchísimo sol, que aquí funciona como fuerte droga.
i met you: me consta y espero que el sol les derrita la sesera a estos integristas.
Otro beso para ti.
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