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27 marzo 2009

Las Facultades de Comunicación, según Jarvis

Parece ser que los medios acabarán convirtiéndose en uno solo. Así al menos lo asegura Jeff Jarvis en su blog.

Y, basándose en esta apreciación, define la adecuación de las facultades de comunicación a dicha realidad. Adaptación que pasaría por formación específica en los fundamentos de los medios interactivos y audiovisuales.

Además conllevaría la inevitable caída de los diferentes muros entre especialidades. Es decir, la creación de una amalgama de asignaturas que se ofertaran al conjunto del alumnado sin distinción para que todo el que quiera pueda acogerse a su impartición.

Pero lo más relevante de la doctrina de Jarvis es la necesidad de una universidad dinámica, capaz de adaptarse con rapidez a los constantes cambios tecnológicos que está padeciendo la profesión. Una universidad viva y latente, que pulse constantemente la realidad y que se transforme con la facilidad de un camaleón para adaptarse al nuevo entorno. Por eso defiende que la técnica más importante que se ha de enseñar es la del cambio, y cuanto más deprisa mejor.

Claro que Jarvis dice esto porque jamás ha tenido que matricularse en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, o en otra similar. Porque de ser así su discurso sería como si el de Blade Runner fuese escuchado en la era cuaternaria.

Una facultad de comunicación donde las nuevas tecnologías agonizan lentamente por inactividad permanente. Ni siquiera la plataforma electrónica existente para el seguimiento de los cursos es explotada en toda su potencialidad. A veces resulta un esfuerzo titánico el que un profesor realice algo tan arcaico ya como responder un simple correo electrónico.

Encontrar un profesor de periodismo que te enseñe el uso periodístico de las nuevas herramientas es casi tan imposible como toparte por sorpresa con un filón de oro puro y raro es el caso de que quien tiene deseos de utilizarlas no se vea obligado a pasar antes por el departamento de informática a recibir un curso de adecuación de urgencia para, al menos, poder defenderse de los aberrantes ataques de la tecnología.

Es cierto que la actitud de buena parte de los alumnos al respecto tampoco es que acompañe, pero tras leer el letal artículo de Jarvis me queda la sempiterna duda de continuar hasta concluir la carrera o acudir al departamento de secretaría, pedir que me devuelvan el dinero invertido con tanto esfuerzo y mandarlo todo al carajo de una vez.

Eso sí, siempre nos quedará la red.

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