“Al llegar a la Plaza Vieja tomábamos la calle Real hasta la carretera que conduce al cementerio. Allí se acababa el pueblo de los vivos, o casi, porque aún quedaban algunas casas salpicadas a los lados, en una de las cuales se sostenía un cartel azul con letras blancas que indicaba que en esa dirección se llegaba al pueblo vecino, a pocos kilómetros. Antes, más cerca, el cementerio, pero no había señal que lo indicara. No hacía falta”
“Campo de moras”, la historia de una vida en “La inescrutable existencia”, por Rafa Lao.
4 comentarios:
Gracias Grego, una historia que continuará. Poco a poco. Espero.
Yo también lo espero, Rafa.
te paga por la publi? :) anda que no, esto son amigos y lo demás tonterias.
Yo tambien lo espero.
besos y felicitaciones por vuestros trabajos, a los dos!
Gracias i met you, merece la pena de veras.
Publicar un comentario