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28 enero 2009

Paremos las lapidaciones en Irán

Imagen: © AP Photo/Str

La imagen que preside este post corresponde a Afsaneh Nowrouzi, una mujer iraní que pasó siete años en el corredor de la muerte de Irán. Fue indultada después de que la familia de su víctima recibiera una compensación económica.

La lapidación es una aberración para la humanidad, pero Irán continúa practicándola, a pesar de haber anunciado reiteradamente su fin. Houshang Khodadadeh y otro hombre no identificado murieron apedreados hacia el 26 de diciembre y al menos otras diez corren el riesgo de ser lapidadas en cualquier momento.

Tras un año en el que se registraron noticias alentadoras y en el que la acción de miles de activistas en todo el mundo consiguió parar la lapidación de al menos cuatro personas, 2008 acabó con esta terrible noticia.

Las declaraciones de la Magistratura iraní, que en 2002 y en agosto de 2008 anunció sendas suspensiones de las lapidaciones, no son suficientes. Desde 2002 han sido lapidadas cinco personas.

La lapidación es un castigo especialmente cruel que Irán suele aplicar a hombres y mujeres casados acusados de cometer adulterio, desoyendo así a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que dictamina que tratar el adulterio como delito es contrario a las normas internacionales.

Las piedras utilizadas en las lapidaciones no pueden ser ni muy pequeñas, para que causen dolor, ni muy grandes para no matar al condenado en seguida. Es pura exaltación del sufrimiento. Y, para más INRI, la lapidación es una pena específicamente impuesta en casos de adulterio, acto que ni siquiera constituye delito en la mayoría de los países del mundo.

Según Amnistía Internacional, en Irán hay al menos ocho mujeres y dos hombres expuestos a ser lapidados. Las mujeres son: Kobra N., Iran A., Khayrieh V., Ashraf Kalhori, Gilan Mohammadi, Afsaneh R., M.J. y H. Los hombres son: Abdollah Farivar y Gholamali Eskandari.

Es necesario exigir a las autoridades iraníes que promulguen una ley que prohíba inequívocamente la lapidación como pena judicial. Y, mientras tanto, que declaren de inmediato la suspensión de las lapidaciones, dejando claro a todos los jueces y otros funcionarios que tendrán que rendir cuentas en caso de incumplir tal suspensión. También es necesaria la destipificación como delito las relaciones sexuales consentidas entre adultos.

Para ayudar a conseguir este objetivo puedes sumarte a la petición al Gobierno iraní que Amnistía Internacional organiza a nivel mundial.

Sólo cuesta un minuto de tu tiempo, pero muchas vidas de seres humanos pueden depender de ello.

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