“Debe de prevalecer la libertad de expresión cuando, como aquí sucede, la retribución económica que la actora obtiene por la aplicación del canon a determinados soportes motiva siempre polémica y posturas enfrentadas entre los distintos sectores de la sociedad... Es una cuestión que está en la calle por afectar a los consumidores en general y que se vio reavivada con la modificación de la Ley de Propiedad Intelectual en lo relativo a la extensión del canon al soporte digital, por lo que es una cuestión opinable, sometida a debate con posibilidad de contradicción y crítica y si bien los términos empleados para este fin son ásperos y duros, reflejan el sentir de un sector de la sociedad que entiende que el sistema que utiliza la actora para financiarse es desproporcionado y excesivo y que se está produciendo un enriquecimiento injusto (sea incierto o no) en detrimento de su patrimonio, al verse éste gravado con un canon, que la actora aplica de forma indiscriminada, con independencia de que se haga uso o no de determinados soportes, y en ese sentido es en el que ha de entenderse las expresiones recogidas en el comentario citado”.
La SGAE vuelve a salir jodida en una demanda por “intromisión ilegítima en el honor”. En este caso la que interpuso contra la central sindical CNT a causa de un texto publicado por uno de sus sindicatos en Madrid.
La CNT respondió con una campaña en la calle que finalizó el 15 de noviembre pasado, tres días antes de que se celebrara el juicio, con una manifestación en Madrid secundada por más de un millar de personas.
El texto resaltado forma parte de la sentencia en la que se desestiman las pretensiones de los vampiros de obtener una rectificación y el pago de 9.000 euros.
Una vez más se impone el sentido común o, como dirían en mi tierra, que nadie nos quite nuestro legítimo derecho al cabreo, y de los gordos.
Vía | Kaosenlared
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