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08 enero 2009

Cabalgatas de barrio en Sevilla


Si os digo la verdad, a mí las cabalgatas que más me emocionan son las de los barrios, ésas donde los niños se acercan a las carrozas y las zamarrean para que los figurantes accedan a sus peticiones.
Este año estuve en dos, la de Ciudad Jardín y la de Nervión. Y disfruté como un enano, os lo confieso. Fue todo un espectáculo de risas y buen rollo.


El rey Baltasar de la cabalgata de mi barrio, mi buen amigo Pepe Gamero, aplacó su mono de cada primeros de año repartiendo, además de una infinidad de juguetes de un tamaño considerable, bandejas de langostinos que fueron el cachondeo de la pléyade de beduinos que lo precedieron durante todo el desfile.
-¡Guarda langostinos pa los beduinos!.- le coreaban desde el asfalto hasta el trono de su carroza prestada.

La cabalgata de Nervión estuvo de lo más animada que jamás la había visto. Innumerables grupos de animación se dispersaban por las calles del barrio invitando a la gente a sumarse a la fiesta y la algarabía.

Incluso contrataron una orquesta que, subida a lomos de un camión, elevaba el jolgorio a rango de pasada con sus interpretaciones y consiguió que una multitud incuantificable la siguiera por todo el barrio acaballada en los ritmos más imprevisibles.

El colmo de los colmos fue cuando, en mitad de la multitud, me encontré a este hincha enfervorizado de mi equipo y su hijo, que no desaprovecharon la oportunidad de lucir, justo a sus disfraces de ocasión, los colores que les atan las arterias del corazón.
Olé por ustedes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y la del vestido rojo con el corazón, de qué iba disfrazada?
¡Ah no! Que ese era otro post! Perdón!

Gregorio Verdugo dijo...

noimporta: jejejeje. Sí era otro post.