Crisis educativa

La crisis económica en la que estamos inmersos nos preocupa y aliena. Nos hace tirar de calculadora y temblar cuando se acerca el declive del mes.

Pero hay otra crisis más terrible, subcutánea y que se arrastra por los últimos años de nuestra historia, a la que ningún gobierno, sea del color que sea, ha sabido dar la respuesta adecuada.

Es una crisis que ahoga con sus raíces el futuro del país. Una crisis que, de no ser detenida a tiempo, puede tener unas consecuencias imprevisibles. Incluso más terroríficas que las cíclicas crisis económicas a las que nos tiene acostumbrado el sistema capitalista.

Dos datos recientes han hecho de nuevo saltar las alarmas:

Del segmento de población española comprendido entre los 25 y 55 años, sólo un 27% ha completado el bachillerato, un ciclo formativo de grado medio u otros estudios análogos.

El fracaso escolar en España alcanza ya a más del 30 por ciento de los alumnos.

Y los dos grandes partidos de este país sin lograr ponerse de acuerdo, como ha venido sucediendo a lo largo de la joven democracia española, en un tema tan vital y que afecta de manera incuestionable al futuro de la nación.