En septiembre de 1973, recién realizado el golpe de estado del general Pinochet en Chile que acabó con el gobierno y con la vida de Salvador Allende, el cantautor Víctor Jara fue detenido junto a alumnos y profesores de la Universidad del Estado e internado en el Estadio Chile de Santiago (hoy Estadio Víctor Jara).
El estadio fue convertido por los militares golpistas en campo de concentración, tortura y exterminio de los militantes de los partidos que componían la Unidad Popular chilena.
Víctor estuvo detenido varios días dentro del estadio, siendo salvajemente torturado antes de ser asesinado a balazos. Su viuda, Joan, contó hasta 44 impactos de proyectiles en su cuerpo cuando fue localizado cerca de un cementerio ocho días más tarde del asalto al palacio de la Moneda.
Joan y sus hijas, Amanda y Manuela Jara, apoyadas por miles de chilenos que secundaron su iniciativa, han conseguido que el juez Juan Fuentes reabra el caso y haya aceptado las más de cuarenta diligencias nuevas solicitadas por el abogado de la familia.
Este juez cerró la investigación a mediados de mayo pasado y concluyó que sólo el coronel retirado Mario Manríquez, jefe del batallón del ejército que custodió el estadio Chile en 1973, era el responsable de su muerte, a pesar de que numerosos testigos apuntaban a más implicados.
El cierre del caso hizo reaccionar a la familia Jara, que inició una campaña de recogida de firmas exigiendo a la justicia la reapertura del sumario e instaron a las miles de personas recluidas en el estadio en aquellas fechas a aportar pruebas al mismo. La respuesta ha sido masiva y al juez no le ha quedado otro remedio que reabrir el caso.
La viuda del cantautor y sus hijas se reunieron con el Ministro de Defensa chileno, José Goñi, y consiguieron su compromiso de entregar al juez responsable toda la información que esté en manos del ejército de Chile.
Diferentes expertos en materia de Derechos Humanos consideran que el caso de Víctor Jara es uno de los más emblemáticos y dilatados de la historia judicial en Chile.
Todavía escucho el eco de sus inolvidables canciones por las calles de la clandestinidad, cuando aquí vivíamos bajo la suela de una dictadura similar a la que calló su voz para siempre y él era todo un canto a la libertad y a la resistencia.
Por eso hoy, al leer esta noticia no he podido evitar que la nostalgia resbale por mis mejillas mientras tarareo “Te recuerdo Amanda” al compás del ruido de las teclas y sueño con que por fin se le pueda hacer justicia.
Te recuerdo, Víctor Jara.
Vía | La Democracia.es
4 comentarios:
Crecí con la música de Victor Jara, de Violeta parra....de tantos.A ver si se hace justicia. Brindo por ello.
Su música es una de mis sintonías matinales desde hace años. Primero con la versión de Raimon, lo que me llevó al original. Me alegraría que se hiciese justicia. Por cierto, el próximo día 26 Allende hubiera cumplido 100 años.
Yo crecí también con esos sones y los de Quilapayún y los kalchaquis, uns melodías que te animaban a moverte y no precisamente mediante el baile.
Un saludo a ambos.
Pues yo a Víctor Jara lo escuché menos, aunque mis padres me contaron su horripilante historia.
Crecí con Silvio y Pablo mayormente, pero mi padre tb escuchaba a Quilapayún y los kalchaquis y si mi hermano hubiera sido niña se habría llamado Violeta.
Por la justicia!
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