Generación Y

Francis Pisani, ese magistral gurú de los blogs, ha escrito en su blog de soitu.es un interesante artículo sobre la Generación Y, esa que según los entendidos nació entre 1982 o 1983 y 1997. Os extraigo aquí una parte del contenido que me ha llamado poderosamente la atención.

“La televisión y el trabajo son menos importantes para ellos que para sus mayores. En cambio, tienen una conciencia social más aguda y se mantienen al tanto de la actualidad sin pasar por los diarios. Otro elemento relevante, si se quiere comprender el éxito de las redes sociales, es que prestan más atención a lo que dicen sus amigos que a lo que les endosa la publicidad. Además, más de la mitad tienen cuentas abiertas en MySpace, FaceBook, o cualquiera de los sitios de las redes sociales.

Sarah Pérez añade que, al estar conectados desde muy jóvenes, mantienen cierta distancia crítica respecto a la web (aunque no necesariamente la suficiente, diría yo), y tienen tendencia a desconfiar cuando los jefes se inscriben para hacerse amigos suyos.

Su papel fundamental, lo cual nos pasa inadvertido demasiado a menudo, es que, cuando se integran en el mundo laboral, imponen su transformación. Piden, y a veces exigen, que les proporcionen las herramientas que están acostumbrados a utilizar en casa (las cuales tienen frecuentemente mejores prestaciones que las disponibles en la oficina). En definitiva, su cultura digital y sus prácticas obligan a las sociedades a encontrar permanentemente formas nuevas de marketing.”

Según esto, y en palabras del propio Pisani, “las instituciones deben adaptarse si no quieren ser insignificantes” ante estos cambios.

Y lo que me parece más importante, los partidos políticos, no sólo se verán obligados a cambiar su forma de entender y hacer política, sino que deberán zarandear con más fuerza si cabe sus estructuras internas para dar asilo a generaciones con este tipo de inquietudes, so pena de quedarse aislados y representarse sólo a sí mismos.

Para ello, lo primero que se verán obligados a revisar será el concepto de militancia, ampliando sus fronteras y eliminando corsés de manera que sean las personas las que decidan su nivel de compromiso y participación y el medio mediante el cual lo ejecutan.

En definitiva, ¿Creéis que los partidos acabarán siendo redes sociales en un futuro?

Podéis leer aquí el artículo completo