Los agentes del BND se dedicaron a espiar a periodistas del semanario alemán Der Spiegel que mantenían contactos con diversos sectores de la sociedad afgana. También intervinieron comunicaciones entre dichos periodistas y funcionarios afganos como el propio ministro de Industria y Comercio, Armin Farhang. El ministro afgano se ha quejado de que han puesto en peligro su vida y la de su familia, ya que lo podrían tomar por un “doble agente”.
La prensa alemana ha acusado a la agencia de espionaje de “violar los derechos humanos “ y de “intromisión del Estado en la labor de la prensa” en la cual se sustenta la libertad de expresión de una sociedad. L a canciller alemana, Ángela Merkel, se ha visto obligada a desmarcarse del asunto reconociendo que la actuación de los agentes “ha minado la relación institucional de confianza” entre la cancillería y los servicios secretos alemanes.
Pero en todos lados cuecen habas y resulta que en México, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) se ha visto fuertemente cuestionado por Andrés Manuel López Obrador, candidato de oposición en las elecciones de 2006, quien se dijo víctima de un complot en el que habrían participado los espías del gobierno de Vicente Fox, entonces presidente de la nación. Según su versión, el propósito de los espías era socavar su nivel de popularidad y sacarlo de la carrera presidencial.
El caso más reciente se ha producido en Colombia, donde el papel de los servicios secretos (DAS) ha salido a relucir en la incursión efectuada en territorio de Ecuador para combatir a la guerrilla de las FARC. El embajador de Colombia en México, Juan Camilo Osorio, declaró a la prensa local que su país realiza investigaciones relacionadas con las FARC en territorio mexicano, amparadas en convenios bilaterales y con apoyo del gobierno azteca.
La secretaría de Relaciones Exteriores de México se vio obligada a salir al paso confirmando que existe “intercambio de información sobre grupos simpatizantes y vinculados a las FARC” pero acotó que “por ningún motivo presupone autorización para la operación de autoridades colombianas en México”.
Sin embargo, en marzo pasado el diario ecuatoriano El Comercio informó que “agentes de los servicios secretos de Colombia, Perú, México y Ecuador confluyeron en Quito a finales de febrero con motivo del II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana en la Casa de la Cultura Ecuatoriana”.
La cuestión es ¿son tan necesarios los espías para una democracia? ¿es democrática la tradicional falta de transparencia en los mecanismos de control de este tipo de organizaciones? ¿Cómo lo ves tú?
2 comentarios:
siempre ha habido suciedad bajo de la alfombra y siempre debe haber alguien que mire debajo de ella para comprobar lo que hay, pero la propia naturaleza del hombre nos lleva a hacer trampa con la suciedad y con la alfombra. La democracia es una buena idea que nadie sabe llevar a la práctica.
Un beso Jack, leo todos tus trabajos pero echo de menos las historias que me tocan el corazón de tu indigente...dónde anda?
gracias LP, las historias están un poco paradas, apenas tengo tiempo, pero de vez en cunado sorprenderé con alguna.
Un abrazo.
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