“Estoy absolutamente seguro de que he sufrido un proceso de incremento de la tolerancia. Cada día me cuesta menos esfuerzo colocarme en la posición del otro, de entender. Creo que en estos treinta años he pasado de la actitud de juzgar mucho a intentar comprender más; me interesa menos el juicio y más la comprensión de las circunstancias políticas y de las personales, incluso.”
“Se está cambiando ideología por territorios, se ponen de acuerdo los partidos enfrentados para estar frente a los de otro territorio. Y yo no concibo así la creencia política; uno debe tener una solidez en las ideas y, sobre todo, cuidar la democracia, que creo que se está adelgazando. En fin, que yo debo estar muy anticuado porque no quiero una democracia vacía. Y la verdad es que eso de enfundarme en banderas no es lo mío. A mí me interesa la gente.”
Extracto de una excelente entrevista de María Antonia Iglesias a Alfonso Guerra en El País.
La evolución política y de pensamiento de este hombre es como para hacer una novela. Propaga a los cuatro vientos que ya no le queda nada de aquel poder inconmensurable que acumuló durante bastantes años, pero cualquiera que haya acudido a una agrupación del PSOE donde Guerra haya intervenido se ha podido dar cuenta de que no ha perdido ni un ápice de su autoridad moral dentro del partido. Sus intervenciones siempre son esperadas con ansiedad y expectación, porque, después de tantos años en política, todavía no ha perdido esa facilidad verbal para llegar al corazón de las bases y metérselas en el bolsillo. Tanto que los militantes le dicen al pasar “ahí viene el ala izquierda del partido”. Todo un personaje, desde luego, con una inmensa persona, creativa e inquieta, en su interior.
1 comentario:
guerra siempre me ha gustado y como los buenos vinos con los años mejor.
beso
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