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20 febrero 2008

De caricaturista a “factor de riesgo”

Alcanzó a finales de 2005 cierta triste popularidad por la publicación de una caricatura de Mahoma con una bomba activada con forma de turbante, ahora su caso se estudia en las universidades bajo el sugestivo epígrafe de “responsabilidad social frente a reduccionismo”.
Es Kurt Westergaard el caricaturista danés que ha sido invitado a desalojar, junto con su esposa, el hotel donde se alojaban al considerarlos el establecimiento como un “factor de riesgo”. La vida de Westergaard y su esposa, de 73 y 65 años respectivamente, ya no ha vuelto a ser la misma desde entonces.

El pasado mes de noviembre se vio obligado a dejar su caja por expreso consejo de los servicios secretos daneses y desde entonces se alojaba en un hotel. La pasada semana la policía danesa detuvo a tres hombres, dos tunecinos y un danés de origen marroquí, sospechosos de preparar un atentado contra él.

A raíz de ellos los diarios del país volvieron a publicar la polémica caricatura del profeta, por considerar el complot como un atentado contra la libertad de expresión.

Durante la pasada semana se registraron disturbios y atentados incendiarios contra escuelas y otros locales protagonizados por jóvenes de origen inmigrante en toda Dinamarca. Esta ola de violencia es atribuida a tensiones entre los jóvenes de la comunidad inmigrante procedente del Tercer Mundo y la policía danesa, y coincidió con la detención de la presunta célula islamista que planeaba asesinar al dibujante.

En septiembre de 2005, cuando se publicaron las caricaturas, una violenta ola de protestas, saldada con más de un centenar de muertos, asoló varios países de religión islámica. Hoy, algo más de dos años después, en las facultades de periodismo se expone al caso como ejemplo del poder simbólico que pueden llegar a tener las representaciones estereotipadas en los medios. Tanto que son capaces de provocar que enormes grupos de personas parezcan extrañamente irreales y “direccionadas” en un único sentido.

Es evidente que el aspecto religioso no es más que uno de los muchos posibles perfiles de la persona. Hacer un paralelismo entre ese flanco y el rol que ejerce en la sociedad civil cualquier musulmán es generar, cuando menos, confusión.

No hay que olvidar que ese mismo posicionamiento, el marcado predomino del aspecto religioso sobre cualquier otro posible de la persona, es el mismo de quienes instigan a la violencia contra los infieles.

4 comentarios:

Idea dijo...

Es un tema complejo para resumir en un comentario, pero no quería pasar por alto el detalle de "invitados a desalojar" y me pregunto qué nos está pasando?

Anónimo dijo...

UFFFFFFF! casi que no comento xq no pararía, es muy complejo.

Solo decir que a la sociedad danesa esto le esta afectando muy seriamente en sus planteamientos políticos, filosóficos, sociales etc...y desde luego si es tema para estudiar en las universidades.

Anónimo dijo...

Con un poquito de sentido común tanto por este pobre hombre como por parte del periódico más bien derechoso que publicó las caricaturas creo que se podría haber evitado el estado que vive el país actualmente...Imagino que antes de esto el mundo árabe no conocía la situación geográfica de Dinamarca, creo que incluso pasaron desapercibidos cuando TAMBIÉN se metieron en la guerra de Irak, pero hubo reincidencia. Amo la cultura árabe y para nada soy de la opinión de que todos son terroristas, pero sí digo que estos últimos son muy peligrosos. El terrorismo es algo que la sociedad danesa desconoce y espero que siga siendo así. Me gustaría que este tema se volviera a olvidar, así como tb me gustaría que el mundo árabe avanzara hasta el punto de no ser la religión lo primordial y absoluto, pero veo difícil que los occidentales podamos abrirles los ojos...

Una última cosa, es curioso como los inmigrantes de 2 generación reclaman sus orígenes más que sus padres, me extraña que las jóvenes turcas decidan ponerse velos cuando nunca lo vieron hacer a sus madres...

Un saludo y un besazo para ti sinsol...

Anónimo dijo...

moro: muy buen comentario y lo sorprendente es que sean las segundas generaciones, las que se suponen más integradas, mucho más fanaticas que sus padres, tambien me resulta preocupante que en un país en el que claramente funciona la integración y protección a los emigrantes se produzcan brotes de fanatismo tan extremos. Pero por el otro lado volver a publicar las caricaturas ha sido un poco tocame las narices.

Un beso para ti tambien.