Cuando se avecina el año nuevo, o bien justo a su comienzo, algunos periódicos se dedican a vaticinar los acontecimientos del año que se inicia según criterios amasados en las redacciones tirando de experiencia periodística y un poco de las habilidades futurólogas de
The Economist suele ser uno de los periódicos que practican cada año esta suerte adivinatoria y que acaba de publicar la correspondiente al año en curso. Así, en las cartas que el diario ha echado al 2008, se predice la elevación al rango de “potencia mundial” de Europa, si es que es capaz de armonizar con éxito las culturas, valores y economías diferentes de 27 países que hasta antes de ayer estaban fragmentados por fronteras ideológicas, militares y políticas.
Vaticina la globalización de las guerras culturales, la inutilidad cada vez más manifiesta de votar en las elecciones cuando las políticas que implantarán los ganadores no significarán nunca una ruptura, un inmigración masiva y creciente espoleada por las guerras y el terrorismo en sus países de origen, la proliferación de periodistas por doquier y el aumento de la implicación de la sociedad en general en el fenómeno de la información, lo que hará más difícil la manipulación y más fácil su detección y denuncia.
Más información en el interesante artículo que ha escrito Lluis Fox en La Vanguardia.es
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