Fue hace algo más de dos años cuando, de un inolvidable puntapié por sevillanas, le abrió de par en par la puerta de los sueños al barrio que lo vio nacer y a una ciudad entera. Es joven, deportista y triunfador y ahora se enfrenta a su jugada más difícil. Antonio Puerta, con sólo veintidós años y todas las ilusiones por cumplir, se debate entre la vida y la muerte en la UCI de un hospital de la ciudad.
Cuesta asimilar que la vida se ensañe con quien más espera de ella, con quien tiene por delante el trecho más largo, máxime cuando se trata de alguien que ha elegido la vida saludable como profesión.
El sábado por la noche, una multitud silenciosa caminaba hacia sus casas embargada en la incertidumbre, nadie se podía explicar lo sucedido. Un cuerpo joven y preparado, un atleta, se desvanecía sobre el césped y comenzaba la farragosa batalla de pelear por su vida camino de un hospital.
Yo brindo desde aquí porque marque este gol por la escuadra, porque todo lo sucedido no sea más que un paréntesis de ingrato recuerdo en la vida llena de satisfacciones de un chaval de Nervión, que un día soñó con vestir la camiseta del equipo de sus amores y llevarlo al umbral de la gloria. Y levanto mi copa para que, con el apoyo de todos, Antonio no se sienta solo en este lance, como no se ha sentido nunca en su estadio, con su gente, con su afición, con el empuje de tantas voces y tantas almas detrás.
Ánimo Antonio, este es el regate, la internada definitiva por la izquierda que te devolverá a los tuyos y a nosotros, que te llevamos en volandas con nuestro apoyo. Sólo tienes que escuchar el eco de nuestras voces, los latidos que te ofrecemos de nuestros corazones.
Cuesta asimilar que la vida se ensañe con quien más espera de ella, con quien tiene por delante el trecho más largo, máxime cuando se trata de alguien que ha elegido la vida saludable como profesión.
El sábado por la noche, una multitud silenciosa caminaba hacia sus casas embargada en la incertidumbre, nadie se podía explicar lo sucedido. Un cuerpo joven y preparado, un atleta, se desvanecía sobre el césped y comenzaba la farragosa batalla de pelear por su vida camino de un hospital.
Yo brindo desde aquí porque marque este gol por la escuadra, porque todo lo sucedido no sea más que un paréntesis de ingrato recuerdo en la vida llena de satisfacciones de un chaval de Nervión, que un día soñó con vestir la camiseta del equipo de sus amores y llevarlo al umbral de la gloria. Y levanto mi copa para que, con el apoyo de todos, Antonio no se sienta solo en este lance, como no se ha sentido nunca en su estadio, con su gente, con su afición, con el empuje de tantas voces y tantas almas detrás.
Ánimo Antonio, este es el regate, la internada definitiva por la izquierda que te devolverá a los tuyos y a nosotros, que te llevamos en volandas con nuestro apoyo. Sólo tienes que escuchar el eco de nuestras voces, los latidos que te ofrecemos de nuestros corazones.
4 comentarios:
Hola Jack cierto cuesta asimilar que eso suceda a alguien tan joven con tanto futuro y tan saludable.
Felicidades por el Blog está muy interesante. También cuesta creer quién habrá ideado este blog tan bien hecho. Incertidumbres.
Volveré despacio.
Ah y por supuesto solo queda desearle que todo quede en un mal trago y se recupere perfectamente.
Acaba de morir. Hoy 28/08/07 a las 16:35.
No pudo ganar el partido a la muerte pero murió habiendo ganado su último partido en vida.
Uma: gracias por tus buenos deseos, ya no se puede hacer nada más que recordarlo con cariño.
En cuanto a lo del autor de este blog, sólo pretendo contar la vida cotidiana desde un punto de vista diferente.
Pani: es cierto, ha perdio el partido más importante de su vida, pero nos ha ganado el corazón a todos nosotros. Gracias.
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