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04 marzo 2009

Cuando el fascismo se viste de derechos de autor

“Lo que viene a continuación es un relato digno de novela negra y puede dar una idea de qué mundo podremos tener en un futuro a medio plazo de prosperar las exigencias de los lobbies de la cultura: un estado policial en la que las leyes y las condenas vengan dictadas por las empresas y sociedades gestoras, con la connivencia de los gobiernos y operadoras, vulnerando los derechos más básicos y fundamentales del ciudadano. ¿En base a qué? Al sostenimiento de un modelo de derechos de autor y de mercado de la cultura obsoletos, opresores y reaccionarios”

Manuel Almeida sobre el caso de Horacio Potel en Mangas Verdes, “acusado y tratado peor que a un criminal por el terrible delito de haber compartido en la Red, sin ánimo de lucro, por puro amor a la cultura y a la docencia, textos de Heidegger y Derrida.”

Transcribo aquí el relato completo de los hechos que aparece en el grupo de apoyo que se ha creado en Facebook.

“El abogado Raúl Alejandro Ochoa, apoderado de la Cámara Argentina del Libro, inició una causa criminal contra el profesor de filosofía Horacio Potel por infracción a la ley 11.723 de propiedad intelctual. Potel es el creador de los sitios Nietzsche en Castellano (www.nietzscheana.com.ar), Heidegger en Castellano (www.heideggeriana.com.ar) y Derrida en Castellano (www.jacquesderrida.com.ar).

Estos sitios ofrecían una completa relación de los textos, vida y obra de los tres filósofos, además de fotos, biografías, comentarios y enlaces. El más antiguo es el de Nietzsche, que cuenta desde su inicio y hasta hoy con más de cuatro millones de visitas. El buscador Google sitúa a los tres sitios entre las primeras respuestas a las búsquedas por nombre de los autores.

Potel tomó conocimiento de la denuncia en su contra gracias a la vista de un agente de policía encargado de establecer su domicilo, en el barrio porteño de Montserrat . “Usted sabrá en qué anda” respondió el agente cuando se le preguntó cuál era el motivo de la averiguación.

La causa lleva el número 57.627 y actúan el juzgado en lo criminal de instrucción Nº 37 y la Fiscalía 49. Los imputados son los sitios sobre Heidegger y Derrida, ya que la investigación preliminar realizada por la Unidad Fiscal de investigación de Delitos Tributarios y Contrabando (UFITCO) estableció –gracias a la lectura de la página web denunciada- que el fallecimiento de Friedrich Whilem Nietzsche ocurrió en el año 1900, superando los 70 años establecidos por la ley para la conservación de los derechos de autor.

Potel enfrenta hoy la posibilidad de sufrir la intervención de su teléfono, sus casillas de correo electrónico (obtenidas por UFITCO gracias a los servicios de la empresa Telexplorer, según consta en el expediente) y el allanamiento de su domicilio. Esto último, con el fundamento de “establecer el lugar físico donde se origina el hecho”.

Las páginas Derrida en Castellano y Heidegger en castellano fueron vaciadas de sus contenidos por el propio Potel. Los enlaces que iban a los textos hoy muestran la leyenda “Este sitio ha sido desactivado debido a una acción judicial iniciada por la CÁMARA ARGENTINA DEL LIBRO”

A partir de la publicación de esa leyenda y de una nota informativa en la red social Facebook, la Red empezó a reaccionar. Potel recibe diariamente mensajes de solidaridad de académicos, estudiantes y autores tanto de Argentina como de varios países como Chile, Ecuador, México y España. La mayoría de estos mensajes hacen referencia a la imprescindibilidad de las páginas para el estudio, la investigación y la difusión de las obras de Derrida y Heidegger en países en los que el costo de los libros hace prácticamente imposible su adquisición para miles de estudiantes, además de no estar algunos de ellos disponibles en librerías.

Potel entiende a los sitios como “Bibliotecas públicas on line”. “Nunca lucré ni tuve la intención de lucrar con la publicación de las páginas. En 1999 (cuando empecé con el sitio Nietzsche en Castellano) estaba fascinado por las infinitas posibilidades que la red ofrece para el intercambio de conocimientos. Estos sitios son mi mejor obra, y para mí es trágico haber tenido que removerlos. Son el fruto de muchísimo trabajo y fueron totalmente financiados por mí. No entiendo por qué tanta necesidad punitiva por parte de una corporación (se refiere a la CAL) que dice defender la lectura, la educación y la cultura”.

La Cámara Argentina del Libro cuenta con el cuestionable antecedente de haber hecho allanar la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA e incluso logró condenar a algunos docentes por hacer que los alumnos fotocopien material bibliográfico. La escena de la policía entrando a Puán es recordada con estupor por muchos miembros de esa comunidad académica”.

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