Marianne Miko, así se llama la eurodiputada estonia, periodista de profesión y vicepresidenta de la Unión Estonia de Periodistas, que tuvo la genial idea de proponer la iniciativa, aprobada por la Comisión de Cultura del Parlamento Europeo, que pretende “regular” legalmente la actividad de los “blogguers”.
Los argumentos esgrimidos tan pobres y poco creíbles como los que detallo a continuación.
“Los weblogs y otros nuevos medios online traen nuevos desafíos. El crecimiento de los sitios con afán comercial basados en los contenidos generados por el usuario, como fotografías y vídeos, que se usan sin pagar cuotas ni derechos, crean problemas éticos y de privacidad, y ponen a los periodistas y otros profesionales de los medios bajo presión“. O que “”el exceso de información provoca intoxicación” y que en Internet no existe “la seguridad de que la información sea cierta”.
La reacción de los bloggers no se ha hecho esperar. Como bien dice Pau Llop en su blog e-contenidos, estamos ante “un proto-intento de regular los Contenidos Generados por el Usuario (UGC), el verdadero motor de la web social”.
También Manuel Almeida, editor de Mangas Verdes, toca el tema de la regulación. “No somos periodistas. No somos profesionales. No somos partidos. No somos piratas. Somos personas que se comunican a través de un nuevo medio. Y punto. Regular la conversación es regular la libertad de conversar. Y por ahí no pasamos.”
José Luis Orihuela hace una recopilación de enlaces a blogs que han hecho referencia a la iniciativa.
A mí, que todavía no soy periodista y estoy en vías de serlo, pero que soy blogger desde hace ya algún tiempo, todo esto me suena a cuento chino. Tras el amago de intentar acabar con el anonimato en Internet, los afanes de búsqueda de la “veracidad” y la “no distorsión”, vislumbro unos fines no tan nobles y coincido más con lo que expone Félix Soria en su blog.
Que la prensa tradicional está perdiendo terreno ante Internet es un hecho que ya casi nadie cuestiona. El poder tradicional que la prensa ha acumulado durante décadas se viene abajo sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo. Los blogguers tienen (tenemos) mucha parte de culpa en dicho proceso. La manipulación y filtración de las noticias que ha ejercido la prensa durante años se les escapa como el agua se escurre de las manos y, diluida en ella, el poder omnímodo y la influencia. Aquí es donde de verdad se demuestra que Internet sirve para romper barreras.
Como dice Manolo Almeida, nadie va a poder conseguir que mi código ético a la hora de publicar contenido sea otro que mi propia libertad de expresión y las responsabilidades que ella conlleva. Pero tampoco va a conseguir nadie, por muy eurodiputada que sea, callar mi voz cuando tenga algo que decir o imponerme una agenda que no sea la que yo mismo haya elegido.
2 comentarios:
quien puede poner puertas al agua?
ésto es imparable o....eso espero!
Sigue adelante, periodista Jack!
Espero que se pueda parar de alguna manera, si no, vamos apañaos.
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