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21 agosto 2015

Hacen falta más barcos de rescate en la zona de los naufragios

  • Médicos Sin Fronteras aboga por el patrullaje activo en esta zona para salvar vidas
Cien días de labores de búsqueda y rescate en el Mediterráneo. En ese período, los dispositivos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han rescatado a 11.482 personas. Es el balance que la organización médico humanitaria ha difundido hoy a través de un comunicado. Las operaciones se han llevado a cabo con sus barcos Bourbon Argos, Dignity I y MY Phoenix —este último operado en colaboración con la organización maltesa MOAS—. Desde el pasado 2 de mayo, fecha en que dio comienzo la operación, MSF ha localizado numerosas embarcaciones que se encontraban en evidente riesgo de naufragio. Las vidas de las personas que viajaban hacinadas en ellas se han salvado porque los barcos “estaban en el lugar correcto y en el momento adecuado”.

Los datos de rescate muestran que la mayor parte de los salvamentos se producen en dos áreas principales de la costa de Libia, cerca de Trípoli y Zuwara. Es allí donde los barcos de las organizaciones humanitarias centran su atención en patrullar dichas aguas de manera activa, “con la única misión de rescatar a la gente que viaja en embarcaciones en peligro”.


Sin embargo, MSF afirma que “este no es el caso de muchos otros barcos que participan en las tareas de búsqueda y rescate y que tienen otros mandatos”, ya que dichos buques “no están posicionados en esta zona a menos que reciban una petición específica por parte del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Roma (CCSM)” para intervenir en una operación. Recuerdan que en 2014, “los buques mercantes llevaron a cabo el 40% de los rescates” y que los recientes ataques a barcos comerciales frente a las costas de Libia “han hecho que los capitanes ahora sean reacios a entrar en esta área por razones de seguridad”.

Lindis Hurum, coordinadora de MSF a bordo del Bourbon Argos afirma que "cada vez más, nos vemos en la obligación de llevar a cabo múltiples rescates de varias embarcaciones en cuestión de horas" y que sus equipos también han asistido a barcos "que transportaban a personas fallecidas durante el viaje a causa de la deshidratación o por asfixia”. En su opinión, este hecho indica que, a pesar de que la respuesta de la Unión Europea sea supuestamente mayor y mejor que el año pasado, “no hay suficientes navíos disponibles ni están en el lugar adecuado para responder debidamente a las necesidades de quienes cruzan el Mediterráneo".

Por su parte, Will Turner, coordinador de MSF a bordo del MY Phoenix, destaca que "las personas se ahogan en segundos', y que para salvar la mayor cantidad posible de vidas, “los barcos deben centrarse exclusivamente en la localización y el salvamento y deben estar situados tan cerca de la costa del norte de África como sea posible”. Turner añade que no es suficiente que se esté “a la espera de una llamada de alerta fondeado en las aguas entre Sicilia y Malta”, ya que las misiones de búsqueda y rescate “deben hacerse de forma proactiva".


La mayoría de las personas rescatadas por MSF proceden de Eritrea, Somalia, Siria, Bangladesh, Sudán y Gambia. Todos huyen de conflictos y regímenes opresivos o en pos de una vida mejor en Europa. Los equipos médicos de MSF afirman haber tratado dolencias que van “desde lesiones y patologías menores a problemas más graves como insuficiencia orgánica, heridas de bala y quemaduras causadas por el aceite de motor y el combustible”.

Hurum explica que las misiones de localización y rescate salvan muchas vidas, “pero no importa cuántos barcos de salvamento operen en el Mediterráneo”, ya que un barco de pesca de madera sobrecargado o un bote inflable “son embarcaciones demasiado frágiles y nunca estarán a salvo”. "Para detener estas muertes innecesarias, la UE necesita establecer formas seguras y legales para que las personas lleguen a Europa y no tengan que embarcarse, en primer lugar, en estas precarias naves", añade.

Turner ha declarado que cuando le pregunta a la gente por qué arriesgan sus vidas de esta manera siempre obtiene la misma respuesta: "no hay alternativa”. “Conocen los peligros, pero se la juegan todos modos. Nos dicen que prefieren ahogarse buscando la seguridad y la libertad que permanecer en sus países de origen o en Libia, donde la vida no vale la pena", concluye.

Zachariah, un anciano palestino desplazado de su hogar por tercera vez en su vida, la más reciente por la inseguridad en Libia, narra su experiencia. "Cuando la situación en Libia empeoró —relata—, decidí llevar a mi familia a Europa, pero sin documentos era imposible salir. Todos hemos tenido que tratar de llegar cruzando el mar porque no teníamos otra opción". MSF espera que agosto sea el mes más activo en la ruta del Mediterráneo, porque el mar en calma y el clima cálido hacen de esta época “la que reúne las mejores condiciones para intentar la travesía”.

Paula Farias, coordinadora del Dignity 1 recuerda que en Europa, para muchos ciudadanos, agosto es sinónimo de vacaciones, un mes de merecido descanso, pero para muchas personas en todo el mundo, “es otro mes en el que huir de la guerra, el hambre y la opresión”, porque “nadie arriesga su vida en el Mediterráneo para tener una pantalla de televisión más grande".

Fotografías: Anna Surinyach para Médicos Sin Fronteras.

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