Musa
Sheriff y Sainey M.K. Marenah, periodistas de Gambia, fueron detenidos el 13 de
enero en Serekunda y dos días después fueron trasladados a la Jefatura de
Policía de Banjul, la capital del país. Han sido acusados de "proporcionar
información falsa a una autoridad pública" tras la publicación de un
artículo en el periódico de propiedad privada The Voice.
A ambos se les han
aplicado las controvertidas disposiciones del Título XIII del Código Penal, que
frecuentemente se usa para perseguir a periodistas por el ejercicio de su
libertad de expresión. Aún no se ha comunicado una fecha para el juico, a pesar
de que la Constitución establece que las personas detenidas deben comparecer
ante un tribunal de justicia en un plazo máximo de 72 horas tras la detención.
El 9 de diciembre de 2013, The Voice publicó un artículo en el que se informaba del abandono de jóvenes partidarios de la formación política en el poder, la Alianza para la Construcción y la Reorientación Patrióticas (Alliance for Patriotic Re-Orientation and Construction, APRC), y su incorporación al opositor Partido Democrático Unido (United Democratic Party, UDP). La APRC respondió cuestionando esa información y The Voice publicó después una réplica.
El
13 de enero, a las ocho de la mañana, se presentaron en las oficinas del
periódico en Serekunda cuatro agentes de policía vestidos de civil. Los policías
interrogaron al personal y pidieron que les fueran entregadas las copias del
artículo en cuestión. En torno al mediodía, los agentes se llevaron a Musa
Sheriff, redactor jefe, a la comisaría de Sanyang.
Según un periodista que
presenció el arresto, uno de los agentes manifestó que era inspector de la
policía y que actuaba bajo las órdenes del presidente de la república de
Gambia. Ese mismo día, la policía citó en la comisaría de Sanyang a Sainey M.K.
Marenah, periodista independiente y autor de la información, y procedió a su
detención. Ambos están detenidos desde entonces.
En
Gambia, los periodistas, activistas de derechos humanos y opositores políticos
sufren con frecuencia violaciones de derechos humanos, como detención y
reclusión ilegítimas, tortura, juicio injusto, hostigamiento, agresiones y amenazas
de muerte, a causa de lo cual les resulta extremadamente difícil realizar su
trabajo.
En julio de 2013, el gobierno de Gambia promulgó una ley que limita la libertad de expresión en Internet, uno de los escasos espacios públicos que quedaban para la disidencia. La enmienda a la Ley de Información y Comunicación de 2013 faculta al gobierno para imponer cuantiosas multas y penas de prisión de hasta 15 años por criticar a las autoridades del gobierno a través de Internet. La enmienda está dirigida a personas que difunden "noticias falsas" sobre el gobierno o autoridades públicas; que caricaturizan o realizan declaraciones despectivas sobre autoridades públicas; y que incitan al descontento con el gobierno o que instigan la violencia contra él.
En abril de ese mismo año, la Asamblea Nacional de Gambia aprobó por unanimidad un nuevo Código Penal enmendado, denominado también "Ley Principal", en el que se amplía la definición de los siguientes hechos tipificados como delito: actos de desorden público, como "proferir insultos" o "entonar cánticos insultantes"; proporcionar información falsa a servidores públicos. Además se estipulan para ellos sanciones más severas y se tipifica como delito la expresión de las personas a través de determinadas prendas de vestir. La Ley tipifica de forma imprecisa los actos que pueden considerarse delito, permitiendo un amplio margen para la interpretación y la formulación de cargos, lo que conculca el derecho internacional de los derechos humanos.
Un hostigamiento que viene de lejos
En octubre y noviembre de 2012, los periodistas Abubacarr Saidykhan y Baboucarr Ceesay recibieron amenazas de muerte. Ambos creen que las amenazas guardan relación con sus intentos de manifestarse pacíficamente y con su trabajo como periodistas.
El 13 de noviembre, alrededor de medianoche, Abubacarr Saidykhan
informó de que estaba hablando con su hermano cerca de la salida del recinto
donde viven en Ebo Town, Gambia, cuando un vehículo negro y sin placas de
matrícula se detuvo al otro lado de la puerta. Había cuatro hombres en él, uno
de los cuales gritó: "Te hemos dicho que vendremos a por ti sin volver a
avisarte. Tenemos información que dice que eres un periodista muy terco. La
próxima vez que te veamos, uno de nuestros asesinos patriotas te va a machacar
la cabeza con un martillo. Tú sigue sin hacer caso de nuestras
advertencias."
Con
anterioridad, el 25 de octubre de 2012, ambos periodistas habían recibido una
amenaza de muerte. El mensaje decía: "Ustedes eligen: vivir o morir.
[…ustedes…] quieren destruir la imagen del gobierno de la Alianza para la
Reorientación y Construcción Patrióticas y de nuestro querido presidente...Iré
con mi equipo de asesinos patrióticos..."
En julio de 2006, el periodista Ebrima Manneh fue detenido y sometido a desaparición forzada porque, según los informes, había intentado publicar artículos en los que criticaba al gobierno. Sigue sin conocerse su paradero. En 2008, el Tribunal de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) ordenó al gobierno de Gambia que acabase con la detención ilegítima de Ebrima Manneh y que le pagase una indemnización, pero la sentencia todavía no se ha cumplido.
En diciembre de 2004, Deyda Hydara, ex presidente del Sindicato de Prensa de
Gambia y director del periódico The Point, murió por disparos en su vehículo
cuando iba de su casa al trabajo. El asesinato se cometió en el aniversario de
la creación de The Point y tres días después de que se aprobase una polémica
ley sobre los medios de comunicación, a la que Deyda Hydara se había opuesto
con gran vehemencia. No se ha emprendido ninguna investigación sobre su muerte
y no se ha llevado a nadie ante la justicia.
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