Anteayer, 27 de junio, a las 10:37 horas de Arizona (EEUU), se consumó la ejecución de Samuel Villegas Lopez, alias Sammy Lopez, ciudadano estadounidense de origen mexicano, a los 40 minutos de iniciado proceso de inyección letal con la inserción de las vías intravenosas en las venas del condenado.
Sammy había sido condenado a muerte por el asesinato en octubre de 1986 de Estefanía Holmes, una mujer de 59 años. Su historial de pobreza extrema y de graves abusos infantiles, y los efectos que tuvo en su persona, no se presentaron ante el juez que dictó su condena. Tampoco en su juicio de 1987, ni en la nueva vista de determinación de la pena que se celebró en 1990.
La suya ha sido la ejecución número 23 llevada a cabo en Estados Unidos este año, y la número 1.300 desde que el país reanudó los homicidios judiciales en 1977. Arizona ha llevado a cabo 32 de estas ejecuciones, 4 de ellas este año.
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