Como contamos en este blog, el 16 de febrero pasado fue asaltado el Centro Sirio
para los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión en la capital del
país, Damasco. Su director, Mazen Darwish, 13 miembros más del personal y dos
personas que se encontraban de visita resultaron detenidos.
Tres meses después, cinco miembros del personal del centro continúan
recluidos en régimen de incomunicación en diversas partes de Siria. Los otros
ocho y uno de los visitantes se enfrentan a cargos ante un tribunal militar. Amnistía
Internacional cree que los detenidos están expuestos a sufrir torturas
y otros malos tratos y que todos son presos de conciencia, implicados por el
ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión.
Mazen Darwish, Hani al-Zitani, Abd al-Rahman Hamada, Hussein Gharir y
Mansour al-Omari son los recluidos en régimen de incomunicación y se desconoce
su situación jurídica. Darwish y Gharir están presos en la sección de Damasco
de los servicios de inteligencia de la fuerza Aérea, donde fueron trasladados
tras su detención. Una persona allí detenida afirma que la salud del primero se
ha deteriorado considerablemente.
A Mansour al-Omari, Hani al-Zitani y Abd al-Rahman Hamada se los vio
por última vez en un lugar de la localidad de Al Mo’damiya, a las afueras de la
capital siria, que se cree que es una base de la cuarta División Acorazada,
bajo el mando de facto del hermano del presidente sirio, Maher al-Assad. Tres hombres que estuvieron detenidos en
dicho lugar del 19 de marzo al 22 de abril pasados han denunciado que todos
ellos, junto con los tres miembros del Centro Sirio para los Medios de
Comunicación y la Libertad de Expresión, fueron sometidos a torturas y palizas.
Desde ese día, el 22 de abril, no se ha vuelto a recibir ninguna información
sobre los tres detenidos.
Otros ochos miembros del personal del centro, Sanaa Mohsen, Mayada
Khalil, Razan Ghazzawi, Yara Badr, Bassam Al-Ahmad, Joan Fersso, Ayham Ghazoul,
y uno de los visitantes, Hanadi Zahlout, se encuentran en libertad en espera de
su comparecencia ante un tribunal militar de Damasco el próximo 29 de mayo por
el cargo de “tener una grabación ilegal con miras a distribuir publicaciones
prohibidas”. Las otras tres personas
involucradas fueron puestas en liberetad sin cargos.
El Centro Sirio para los Medios de Comunicación y la Libertad de
Expresión fue cerrado en 2009 por las autoridades sirias y volvió a abrir
posteriormente sin autorización oficial. Desde entonces ha estado publicando
informes sobre violaciones de derechos humanos cometidas contra periodistas y
contra la prensa y sobre restricciones indebidas de la libertad de expresión.
Amnistía Internacional ha denunciado y documentado en numerosas
ocasiones el incremento de las violaciones de derechos humanos que las
autoridades sirias vienen cometiendo contra activistas y defensores de tales
derechos desde que comenzaron las manifestaciones en demanda de reformas en
Siria en febrero de 2011.
Desde entonces, más de 9.200 personas han muerto o han sido víctimas de
homicidio en relación los con las manifestaciones y los disturbios y se ha
detenido a millares de presuntos partidarios de la oposición al gobierno sirio,
de los que la mayoría han sufrido tortura y otros malos tratos.
Igualmente han muerto miembros de las fuerzas de seguridad, algunos a manos de
desertores del ejército que luchan contra el gobierno.
También se han documentado numerosos casos de desaparición forzada, de
las que los funcionarios del estado no han proporcionado a sus familias ninguna
información sobre su suerte pese a que la mayoría han sido detenidas por las
fuerzas de seguridad. De la misma manera, se han producido abusos y violaciones
de derechos humanos cometidos contra personas heridas y profesionales de la
salud en determinados hospitales sirios.
El mapa interactivo Eyes
on Syria muestra dónde se están
cometiendo violaciones de derechos humanos en todo el país.
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