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31 agosto 2011

El PSOE debe perder

El PSOE deber perder. Y debe perderlo todo. Sólo así tendrá un resquicio la esperanza de que, en la tierra quemada, pueda brotar una semilla nueva, descontaminada, liberada de todos y cada uno de los desprendimientos a los que se ha visto sometida la ideología socialista desde los tiempos de la transición.

Lo que ocurrirá tras la derrota ya se sabe. El éxodo obligado de los advenedizos hacia otras tierra ideológicamente más fértiles y afines, la desertización de las radiantes praderas por donde antes campaba la multitud enfervorizada y devota. Y la soledad. La terrible soledad de quienes se creyeron profetas que amansaban las multitudes y ahora descubren de repente, recién levantados una mañana cualquiera, que no son sino tristes payasos, vulgares bufones que han sucumbido sin remedio al atávico truco de andar desnudos por los salones de casa para que los subordinados, los correveidiles de turno, les halagasen las inexistentes y lujosas vestimentas.

El PSOE debe perder hasta el aburrimiento. Es necesario para su precaria salud política, y eso ya ye sabe las consecuencias que acarrea. La derecha arrasará a lomos de su discurso guerra civilista, como antaño, en tiempos aún no demasiado lejanos. Volverá aquello de que, si no eres como yo, te conviertes de inmediato en mi enemigo. Y por lo tanto en alguien a quien perseguir, a quien hacer la vida imposible hasta desterrarlo para siempre del sistema.

Lo ha insinuado hace unos días Francisco Granados, ese gerifalte del PP de Madrid tan dado a las bravuconadas verbales.

-El 15-M ha degenerado en un movimiento radical y antisistema de izquierdas, que la delegada, el Ministerio y el PSOE han dejado crecer de manera premeditada- ha dicho.

Y eso no significa otra cosa que más palos. Al que discrepe, al que proteste, al que se atreva a abandonar la gloriosa senda del pensamiento único. Más palos.

Mientras tanto en este país, se continuarán incrementando las desigualdades, los ricos seguirán sin pagar IRPF y, por si no fuera aún bastante, el sistema fiscal perpetuará hasta la eternidad que pague más quien se lleva toda su vida trabajando que quien la disfruta plácidamente viviendo de las rentas.

Así que evitémosle el sufrimiento innecesario a los sordos socialistas. Hagamos que pierdan cuanto antes mejor. En su derrota está nuestra única esperanza de que algún día la izquierda de este país, y la del mundo, se regenere y vuelva a su discurso e intenciones originales: ser útiles a las sociedades que sirven -ninguna de ellas se llama “mercados”-, y contribuir a la configuración de una ciudadanía formada y comprometida con hacer de este mundo un lugar mejor para vivir. Y ello habremos de hacerlo desde las calles, el lugar donde suele residir el pueblo, ése que ellos no debieron abandonar jamás.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es triste reconocer que sería aconsejable la derrota para que broten yemas nuevas que sanen una planta podrida. Y es triste no por la pérdida de un partido que equivocó el rumbo, sino porque los desfavorecidos ya no serán siquiera parte de un discurso demagógico.
A lo mejor, como tú dices, hace falta un tiempo de humildad, hundidos en la realidad inmisericorde, para que surjan los valores y no las prebendas.
Y es triste porque lo que nos espera no es mejor, ni mucho menos, sino el liberalismo sin máscaras ni posturas caritativas.
Ojalá las yemas broten pronto.
Dan.

Enrique dijo...

Hemos pasado del pensamiento único al absolutismo. Esta reforma alevosa, histérica de la constitución española pactada entre Zapatero & Rajoy y apoyada por algún partido bufón no podrá liberarlos del desprecio de los ciudadanos de bien. El deseado y merecido desastre electoral debería darse por igual para todos los implicados en la ruina de este país y que esta casta de políticos chantajeadores, corruptos, falsos y privilegiados aprendan muy bien la lección de que la política ha de estar al servicio del pueblo y no el pueblo sometido a los políticos. De nuevo, una vez más, otra travesía del desierto.
Salud Grego.

Anónimo dijo...

Bajada de salarios por el bien de España. Congelacion de las pensiones por el bien de España. Reforma laboral por el bien de España. Jubilacion a los 67 por el bien de España. Mutacion Constitucional por el bien de España. Todo por el bien de España. ¿ No será solo de una pequeña parte de España? Para cuando algo por el bien de los millones de españoles...

Gregorio Verdugo dijo...

Dani: es así de triste y así de cierto. Y como tú dices, ojalá no llegue demasiado tarde.