El próximo sábado 10 de septiembre, el PSOE de Sevilla celebra su Conferencia Política Provincial, que será el preludio de la que a nivel Nacional tenga lugar a finales de ese mismo mes en Madrid.
El comité Provincial de Sevilla aprobó por unanimidad el pasado 1 de julio una propuesta de resolución bajo el título “Propuestas 20 para el cambio”, que se remitió a las agrupaciones para su enriquecimiento y posterior debate y aprobación en la Conferencia Política Provincial.
Dicho documento, dividido en diferentes apartados preludiados por una supuesta autocrítica tras la debacle electoral del 22 de mayo, es como una especie de análisis DAFO en el que se repasan las debilidades y fortalezas de la actuación del partido, extrayendo las correspondientes conclusiones de las que se derivan la diferentes propuestas presentadas.
En el apartado denominado “Un nuevo modelo de relaciones con la sociedad” tras hacer un repaso a las últimas demandas de la ciudadanía y haciendo referencia expresa a las exigencias planteadas en la calle por el Movimiento 15-M, se dice textualmente:
“Sus demandas y propuestas de cambio social y su pretensión de una mayor participación en la toma de decisiones han de ser tenidas en cuenta y valoradas desde la coherencia de un partido de gobierno como el PSOE. Tenemos que encontrar nuevos caminos para desarrollar una democracia en la que los ciudadanos se sientan más y mejor representados.”
Como prueba inequívoca de lo en serio que se toman este tipo de propuestas, ayer el gobierno anunciaba que pretende cambiar la Constitución para incluir un techo de gasto público sin consultarlo antes mediante referéndum con los ciudadanos. Una tontada que es un claro ejemplo de la permeabilidad que está demostrando este partido a las constantes demandas de la ciudadanía.
Permeabilidad que define perfectamente la senda de los oídos sordos en la que andan perdidos unos dirigentes sin ideas y sin capacidad de respuesta a la gravedad de la situación actual. A pesar de que las voces de las ciudadanía son claras y contundentes al respecto y de que han obligado a su candidato para las próximas generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, a tragarse un sapo de dimensiones considerables, al tenerse que contradecir a sí mismo, y dejarlo sin posibilidad alguna de victoria.
A estas alturas, las elecciones del 20N ya están sentenciadas aún antes de comenzar el partido. Sobre el paupérrimo estado en que ha quedado el lema principal de campaña del candidato, “Escuchar, hacer, explicar”, mejor ni hablamos.
De llevar a cabo la reforma anunciada de la Constitución tendrán que explicar muy bien a los militantes qué es lo que van a elegir en las próximas Conferencias Políticas, porque el debate ideológico sobre el Estado se lo habrán cargado de un solo plumazo. Tal vez sea que la elección se centrará sobre el color del cabello del candidato.
Pero aún hay más. En el epígrafe denominado “La transición hacia un nuevo modelo económico”, se afirma textualmente:
“Este cambio [hacia el nuevo modelo económico] debe hacerse sin renunciar a ninguna de las conquistas de la socialdemocracia. La nueva ciudadanía demanda un proyecto de crecimiento socialdemócrata, que no retroceda en las coberturas sociales, ni en la igualdad de oportunidades ni en los derechos de los trabajadores.”
Y como prueba de esta inquebrantable voluntad de resistencia ante los envites del neoliberalismo, el gobierno aprobará en el próximo consejo de ministros la suspensión de la prohibición de unir contratos temporales durante un plazo de dos años. Porque la mejor manera de defender los derechos es la suspensión de las pocas garantías que van quedando.
Pero sin duda, lo que menos desperdicio tiene es el alegato final, toda una demostración de asiento en la realidad y de tener los pies bien arraigados en el suelo. Un diagnóstico infalible que demuestra bien a las claras la cercanía de este partido con la ciudadanía, ésa que pretende reconquistar a costa de cualquier sacrificio, aunque éste sea considerar de antemano estúpidos e imbéciles a sus militantes y votantes, y que dice así:
“Pero muchas de estas conquistas y avances sociales corren el peligro de ser desmontadas por los gobiernos conservadores del PP, aprovechando la situación de crisis económica y utilizando el poder de los mercados como avalista de sus propuestas. Sólo con los gobiernos del PSOE se han potenciado los derechos universales, e instaurado otros nuevos. Los socialistas seguiremos manteniendo nuestro compromiso social, porque no nos resignamos a dar ni un solo paso atrás en derechos ni en libertades.
Ahora sabemos que es el momento de reaccionar y evolucionar en nuestras ideas y programas, respondiendo a los nuevos retos que se nos presentan, aportando ideas valientes y claras a una sociedad que las está demandando, desde nuestro compromiso con el estado del bienestar.”
Un análisis infalible que no tiene desperdicio alguno y que deja demostrada la eficacia de los procesos de escucha activa y demás parafernalia de marketing político de usar y tirar.
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