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09 julio 2011

Periodista detenido y torturado en Tayikistán

El periodista tayiko de la BBC Urunboy Usmonov, de 59 años, no regresó a casa después del trabajo el pasado 13 de junio. Al día siguiente, volvió por poco tiempo a casa de su familia, en la ciudad de Khujand, región septentrional de Soghd, Tayikistán. El periodista lo acompañaron funcionarios del Comité de Estado para la Seguridad Nacional de Tayikistán, que acudieron para registrar la casa. Sus familiares detectaron que tenía heridas en el cuello y creen que fueron producidas por torturas u otros malos tratos bajo custodia.

Urunboy Usmonov se encuentra a la espera de juicio tras haber sido acusado de participación en el movimiento islámico prohibido Hizb ut Tahrir. Amnistía Internacional considera que ha sido detenido por su labor periodística sobre el movimiento islamista y que puede haber sido víctima de torturas o malos tratos bajo custodia.

El 15 de junio, dos días después de su detención, el periodista fue acusado de “participación en una organización extremista prohibida”, delito tipificado en el artículo 307.3.2. En estos momentos se encuentra retenido en el centro de prisión preventiva nº 2 de la ciudad de Khujand.

Ese mismo día, un portavoz del Ministerio del Interior afirmó, según consta en los informes informes, que Usmonov era sospechoso de pertenecer al movimiento Hizb ut Tahrir desde 2009, así como de difundir propaganda extremista a través de Internet, distribuir documentación de la organización y reclutar nuevos miembros.

Su abogada, Fayziniso Vohidova, que ha participado en todas las actividades de investigación desde el 20 de junio, dijo a Amnistía Internacional el 2 de julio que durante la investigación no se habían encontrado indicios sobre la pertenencia del periodista a Hizb ut Tahrir.

El 6 de julio, funcionarios del Comité de Estado para la Seguridad Nacional dijeron a la BBC que Usmonov no estaba acusado de pertenecer a Hizb ut Tahrir, sino que la investigación se estaba centrando en su participación en la organización y en averiguar por qué no había informado a las autoridades de sus contactos con ella.

Amnistía Internacional siente gran preocupación ante el hecho de que se puedan presentar pruebas falsas contra él como castigo por su labor periodística y por su ejercicio pacífico del derecho a la libertad de expresión.

Tras su detención, Usmonov no tuvo acceso a representación letrada hasta después de una semana. Los familiares informaron a su abogada el 15 de junio. No obstante, el investigador pospuso el acceso al detenido, y la abogada no pudo verlo hasta el 20 de junio.

Desde el 14 de junio, los familiares de Usmonov únicamente han podido verlo una vez, durante media hora y en presencia de funcionarios. Hamid Ismailov, del servicio para Asia Central de la BBC, pudo reunirse con el detenido durante 10 minutos y el 28 de junio informó: “Esperaba encontrarme a un hombre físicamente frágil, pero también estaba frágil mental y psicológicamente, y verlo así fue muy duro. Él hablaba conmigo, pero sus ojos estaban puestos en los agentes de seguridad”.

Tayikistán es un país sin salida al mar que hace frontera con China al este, con Afganistán al sur, y con Uzbekistán y Kirguistán al norte, y que cuenta con una población aproximada de 7,2 millones de habitantes. Logró su independencia de la Unión Soviética en 1991.

El declive económico del país tras el colapso de la URSS se agravó debido a una devastadora guerra civil que duró desde 1992 hasta 1997. El presidente tayiko, Emomali Rajmon, en el poder desde 1994, ha logrado con éxito consolidar el país tras la terrible guerra civil. Rajmon se considera a sí mismo como un garante indispensable de la estabilidad y la paz frente a posibles nuevos disturbios, teniendo en cuenta la inestable situación económica del país y la incierta situación política del vecino Afganistán.

Amnistía Internacional ha criticado las violaciones de derechos humanos cometidas en el país, como torturas y otros malos tratos a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, impunidad de los torturadores, violencia contra mujeres y niñas, y restricciones a la libertad de expresión. Durante los últimos años, los medios de comunicación y periodistas independientes han tenido que enfrentarse a juicios penales y civiles por criticar el gobierno.

En Tayikistán, la policía ha sido acusada en muchos casos por torturar o golpear a detenidos. Las salvaguardias contra actos de tortura recogidas en el derecho nacional no siempre se cumplen. Por ejemplo, aunque el nuevo Código de Enjuiciamiento Criminal estipula que las personas detenidas tienen derecho a representación letrada desde el momento de su detención, la realidad es que los abogados están a merced de los investigadores, que pueden negarles durante muchos días el acceso a los detenidos. Durante este periodo de detención en régimen de incomunicación, el riesgo de torturas u otros malos tatos es especialmente elevado.

Las prácticas de tortura denunciadas en Tayikistán incluyen electrochoques, colocación de botellas de plástico llenas de agua o arena colgadas a los genitales de los detenidos, violaciones y quemaduras con cigarrillos. Se cree que también son comunes las palizas propinadas con bastones, porras y palos, patadas y puñetazos.

Behrouz Afagh, director del servicio para Oriente Medio y Asia Occidental/Central de la BBC escribió el 29 de junio: “El Urunboy que todos conocemos es alegre, amable, generoso, tolerante, totalmente honesto y de mentalidad abierta […]. Sus ensayos y novelas, así como sus informes para la BBC están escritos desde su visión abierta y experimentada del mundo […]. Simplemente sería incapaz de pertenecer a cualquier grupo que entendiese el mundo desde una ideología intolerante y dogmática”.



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