Cuenta María Rionegro en su crónica para el diario El Mundo del discurso del ya alcalde saliente de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, con motivo de la entrega esta mañana de las Medallas de la Ciudad:
“En su discurso, Monteseirín ha olvidado las críticas y ha invitado a los asistentes al acto a realizar "un paseo imaginario" por Sevilla citando algunos de sus proyectos 'estrellas' como el Paseo de la O, el Museo de la Inquisición, las peatonalizadas calle San Jacinto y Asunción; los Jardines del Cristina, la línea 1 del Metro y el tranvía; la Alameda, los parasoles de la Encarnación, "donde conversamos sobre el fenómeno 'Democracia Real, ya'", o la Torre Cajasol. "Tengo el convencimiento de haber dejado una ciudad mejor de la que encontré y de haber sido alcalde para hacer y no para ser", proclamó.”
Por la boca muere el pez, nunca mejor dicho. En resumidas cuentas, los proyectos estrella de su “paseo imaginario” -y de su mandato- se reducen a Los Remedios, una parte de Triana, el Prado, el casco histórico y Cartuja. Ése es el croquis cartográfico de la era Monteseirín. Lo que Carlos Mármol llama con acierto “la Sevilla eterna”. En las antípodas de la Sevilla real
La primera reflexión que se me viene a la cabeza es dónde están ahí representados los barrios y sus gentes. Aquellos caladeros inagotables de votos socialistas que ahora se encuentran en parada biológica obligatoria. Simplemente no lo están, el afán de Monteseirín por pasar a los anales de la historia de la ciudad los condenó al olvido. De "esa ciudad" que no dudó en mostrarle abiertamente su desprecio cada vez que tuvo ocasión.
Y la segunda deducción, porque el alcalde siempre se ha golpeado el pecho y llenado la boca con la expresión, no me parece el mejor ejemplo de la cohesión social que necesita la ciudad. Emplear ingentes cantidades de dinero público en los barrios más pudientes no cohesiona, todo lo contrario, aumenta las desigualdades. ¿Qué hubiera pasado si esas cantidades multimillonarias se hubieran invertido en las zonas más depauperadas y necesitadas de la ciudad?
Probablemente muchas cosas. Entre otras que su partido no se hubiera dejado 30.000 votos en esos caladeros del olvido.
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