Ramtin Meghdadi, Saeed Sakakian y Sirous Zarezadeh son tres estudiantes detenidos entre los cientos de detenciones practicadas entre los manifestantes el pasado 14 de febrero. También se sabe que, en las detenciones practicadas desde ese día, se encuentran al menos otros 16 estudiantes de la Universidad Sharif de Tecnología de Teherán. Se ignora el paradero de la mayoría de ellos.
Ramtin Meghdadi tiene 17 años y fue detenido cuando participaba en una manifestación en Babol, ciudad del norte de Irán. Trabajó en los equipos juveniles de la campaña del líder de la oposición Mir Hossein Mousavi en las elecciones presidenciales de 2009. Saeed Sakakian, activista estudiantil de la Universidad Internacional de Qazvin, fue detenido en Teherán y ya había sido detenido anteriormente, el 7 de diciembre de 2009, Día Nacional de los Estudiantes. Entonces, lo condenaron a cuatro meses de prisión condicional por el cargo de “propaganda contra el sistema” y lo expulsaron de la universidad.
Sirous Zarezadeh, estudiante de 22 años, ha trabajado en el Comité Estudiantil para la Defensa de los Presos Políticos. Se cree que lo llevaron a un edificio de la plaza de Haft Tir utilizado por la milicia de voluntarios Basij, que fue responsable de numerosas violaciones de derechos humanos en 2009.
Las protestas fueron convocadas por los líderes de la oposición Mehdi Karroubi y Mir Hossein Mousavi en todo Irán en solidaridad con los pueblos de Egipto y Túnez. Durante las mismas murieron al menos dos hombres debido, según informes de Amnistía Internacional, a heridas de bala, y se ha detenido a decenas de personas en todo Irán.
Las autoridades han culpado de las muertes a un grupo de oposición prohibido, por lo que los manifestantes acusados de implicación en ellas corren el riesgo de ser ejecutados. Testigos presenciales han indicado que los disparos de ese día procedían de zonas donde estaban apostadas las fuerzas de seguridad. Según los informes, se practicaron nuevas detenciones el 16 de febrero, durante el funeral de uno de los hombres muertos.
El hecho de que las autoridades iraníes intenten culpar a la Organización Muyahidín y a grupos monárquicos de la muerte de estos manifestantes es especialmente preocupante, porque debido a ello algunos de los manifestantes detenidos podrían ser ejecutados por cargos de asesinato o presuntos vínculos con grupos prohibidos.
Ya en enero de 2011, dos personas fueron ejecutadas por su presunta vinculación con la Organización Muyahidín tras haber participado en las manifestaciones contra las autoridades celebradas en Irán durante las conmemoraciones religiosas de Ashura de diciembre de 2009.
Lo mismo sucedió en enero de 2010, cuando otros dos hombres fueron ejecutados por su presunta pertenencia a la Asamblea del Reino de Irán (Anjoman-e Padshahi Iran), grupo que propugna el establecimiento de una monarquía en el país.
La gravedad de la situación se refleja en que, el 15 de febrero de 2011, más de 220 parlamentarios firmaron una declaración que se leyó en el Parlamento y en la que se pedía que se juzgara a Mehdi Karroubi y Mir Hossein Mousavi y se les impusiera "la pena más severa". Al mismo tiempo, un grupo de parlamentarios corearon lemas como “Muerte a Mousavi, Karroubi y Jatami” y “Mousavi y Karroubi deben ser ejecutados”.
Al día siguiente, la radiotelevisión estatal informó de enfrentamientos ocurridos en el funeral de Sane’ Zhaleh, en los que al menos siete estudiantes y un profesor, Ali Akbar Alizad, fueron detenidos en la Universidad de Artes de Teherán, de la que Sane’ Zhaleh era alumno. El profesor fue puesto en libertad posteriormente.
Las autoridades impusieron severas restricciones a la libertad de expresión –que incluye el derecho a recibir y difundir información– antes de las manifestaciones, bloqueando el acceso a los servicios de telefonía, incluidos los menajes SMS, a los medios de comunicación extranjeros y a varias redes sociales y sitios de Internet.
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