Como pudo comprobar todo espectador de la película “Titanic”, cuando se grita el “sálvese el que pueda” en un barco que zozobra, la coherencia, los modales, la caballerosidad y todo cuanto huela de lejos a honor sale volando por la borda.
De la misma manera que, tal y como dijo el senador norteamericano Hiram Johnson, “cuando llega una guerra, la primera víctima es la verdad”, cuando se declara un naufragio tan anunciado como éste, lo primero de lo que se desprende el futuro náufrago es de la esencia de los valores, en un proceso de embrutecimiento progresivo que le llevará a valorar tan sólo aquello que garantice su supervivencia, sea lo que sea. Llegado ese momento, en Tussam tocan a arrebato la hora de los renegados.
Esta mañana, mientras se producía una reunión entre los sindicatos con representación en la empresa y el grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla, se ha vivido en las instalaciones de Tussam una situación esperpéntica que supera con creces todo cuanto se ha escrito al respecto desde que el maestro Ramón María del Valle Inclán tuvo a bien regalarnos la creación de tan magistral y singular género.
Mientras en el patio se podían ver aparcados más autobuses que nunca (y seguro que las paradas atestadas), como se muestra en el vídeo que acompaña a este post y cuyas imágenes han sido captadas entre las diez y las 11,30 horas de esta misma mañana, y se celebraba en la planta noble de la empresa un Comité de Dirección, el flamante sistema informático de gestión de la empresa se desplomaba como un fardo, de tal manera que las cuatro empresas integradas en la AIE de Sevilla se han visto obligadas a parar sus actividades hasta que al ingenio le ha dado por resucitar.
No sé cuánto habrá costado el susodicho engendro informático, pero seguro que no es una baratija de nada y desde que lo implantaron no para de causar problemas y no hay dependencia que funcione como es debido desde entonces.
Para más inri, el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE), encargado de la información en tiempo real de la flota de vehículos y vital para el ordenamiento del servicio, continúa sin funcionar bien desde que lo sacaran del sistema para dar cobertura al concierto de U2 y se cae más que un cojo sin muletas, obligando cada dos por tres a llevar el control de la flota de manera presencial. Son sólo dos ejemplos más de esa gestión implacable que nos conduce a la excelencia de la que suele presumir Arizaga en sus panfletos adoctrinadores.
Pero lo que más me ha llamado la atención del circo que ha sido la mañana de hoy en Tussam es que, una vez concluido el Comité de Dirección, Arizaga se haya encerrado a cal y canto en un despacho con Gregorio Serrano e Ignacio Flores, concejales del Partido Popular sin que trascienda el contenido de dicha reunión.
Y me extraña doblemente porque, amén de que no suele ser lo habitual –aunque ya hace pocos días abandonó una reunión junto a Ignacio Flores y se fueron ambos a platicar solos en medio del patio y apartados del resto y del mundanal ruido–, a Juan Espadas, candidato socialista a la alcaldía de Sevilla, se le negaron las cuentas de la empresa, y hasta el pan y la sal, cuando intentó hacerse con una idea de la situación para abordar una reunión pendiente con el colectivo de trabajadores eventuales actualmente en paro.
Posiblemente porque Espadas, como tantos otros, no dudó en reconocer públicamente que la situación que atraviesa Tussam es inconcebible sin que se haya producido un gestión nefasta de la compañía.
Tal y como están las cosas, con la empresa mermando cada día más el nivel de servicio y en situaciones cercanas a la paralización total, no me extraña que Arizaga ande desesperado buscando el salvavidas protector que le ponga a cobijo de la tormenta que se avecina. Tampoco es para decepcionarse, es justo lo que se esperaba de un tipo como él.
Actualización del circo de esta mañana: copio y pego el mensaje que me ha dejado un compañero de los eventuales en paro, en Facebook, sobre unos hechos ocurridos también esta misma mañana a las puertas de Tussam:
"Hola Gregorio, hoy hemos estado en las puertas de Tussam por la mañana y claro el Sr gerente ha dado instrucciones para no accedemos a las instalaciones de Tussam, sobre las 11:15 empezó a llover y nos resguardamos en la entrada de Tussam junto a la garita del seguridad. Al rato este viene y nos dice que vayamos para fuera, le explicamos que no estamos para causar problemas solo para resguardarnos de la lluvia y empezó una breve discusión, el Miguel de CGT iba entrando y nos ha dicho que esa zona era de libre acceso no nos pueden denegar estar ahí. Se ve por este tipo de actitudes los humanos que son en Tussam."
demostrado, cuando se hunde un barco las primeras en intertar escapar son la RATAS.
ResponderEliminarAnónimo: eso dicen.
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