A Zoido le va la marcha, pero sólo la que a él le conviene. Habría que preguntarle qué entiende él por subvencionar la cultura desde ese neoliberalismo acérrimo que profesa.
Si tanto se han quejado con las subvenciones que se han dado hasta ahora, recuérdese la tangana contra “los de la ceja”, lo mejor sería entonces que apostara por eliminarlas y lo dijera claramente a la ciudadanía.
Porque esta ambigüedad, que encierra una colosal contradicción, puede hacer pensar a los ciudadanos que lo que se pretende es quitar a unos para poner a otros. Es decir, que el criterio para la subvención no variaría del que han criticado hasta la saciedad: la presumible afinidad ideológica. Más de lo mismo.
Decir lo que ha dicho Zoido es como meterse en la ducha y salir seco.
2 comentarios:
Je, a mi estas cosas me emocionan.
Aún recuerdo los tiempos en que para ver un concierto medio decente tenías que salir de Sevilla.
Por ejemplo Iron Maiden (grupo al que se le hacen muchos tributos en la Sala Q), que tuvo que tocar en Dos Hermanas porque aquí se lo pusieron casi imposible.
Por supuesto también recuerdo el partido que gobernaba en esa época la ciudad...
Saludos.
Du Guesclin: Sí, yo también recuerdo ese período de ostracismo en que Sevilla estuvo negada para la música en directo y gobernaba ese partido que ambos tenemos en mente. Tienes razón.
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