Paco Gómez Nadal
“Los presidentes cuando dejan de serlo desaparecen sin dejar rastro de su responsabilidad. Algunos, torpes de más como Fujimori, han tenido que soportar juicio y cárcel, pero la mayoría se borran del mapa un tiempo hasta que pueden volver a la palestra pública dirigiendo una fundación bienintencionada o como consejero de una o varias corporaciones. Pregúntenselo a Tony Blair, a Felipe González, a José María Aznar o a Julio Maria Sanguinetti.
Los presidentes desaparecen para diluir sus responsabilidades y regresan solo a cosechar la desmemoria. Pobres amnésicos nosotros.”
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