Juan Carlos Escudier
"Tampoco es normal que un paciente que acaba de despertar de la anestesia y que ha de encontrarse realmente fastidiado mantenga conversaciones como las que Zapatero relató a la prensa al concluir su visita al paciente. Un recién operado no pregunta por la reunión del Eurogrupo ni por la situación de los mercados –en sábado, además-, tal y como aseguró el presidente del Gobierno, porque bastante tiene con encontrar una postura en la que no ver las estrellas. Y si lo hace, es casi mejor no decirlo porque nadie lo creería. Idealizar la figura del jefe del Estado no exige meterle en la piel de un superhombre permanentemente preocupado por el devenir de la patria.
Todo esto ocurre porque lo anormal es la propia institución que, desvestida del designio divino, requiere de otras luminarias para enaltecerse. Como signo de normalidad se le desea desde aquí una pronta recuperación y larga vida, aunque no al Rey sino al hombre que lo encarna. De ese otro deseo ya de ocuparán los valedores de la monarquía."
Más en "La normalidad de un rey".
Mi obra literaria
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