Cuando en 15 de octubre de 1977 se aprobó la famosa Ley de Amnistía, con apenas veinte años, estaba cumpliendo el servicio militar en Sevilla y todavía no teníamos democracia, ni fuera de las tapias del cuartel, ni mucho menos dentro. Casi dos años después, en 1979, a poco me empura un triste capitán, de cuyo nombre prefiero no acordarme, por negarme a asistir a una misa con honores en memoria de Francisco Franco el 20 de noviembre, el día que se cumplía el cuarto aniversario de su muerte.
Esa sensación de que el franquismo sigue vivo, como un Guadiana que recorre sigiloso el subsuelo de nuestras vidas para aparecer cuando menos te lo esperas a imponernos sus deseos totalitarios, todavía me embarga hoy treinta y cinco años después de su desaparición.
En la memoria que tengo de mi familia existen contrincantes en ambos bandos, afortunadamente, que yo sepa al menos, ninguna víctima. Pero los más frecuentes son los supervivientes, que han tenido que sobrevivir todos estos años sin que deje de manar sangre de una herida ya atávica y desfasada. Sólo la memoria y el conocimiento de lo ocurrido podrán cicatrizar la llaga que ha sido incapaz de cerrarse sola durante este largo y tortuoso camino.
A día de hoy no creo que nadie quiera venganza y sí que la inmensa mayoría desea superar de una vez y para siempre ese pertinaz obstáculo que nos impide reconciliarnos con nosotros mismos. Para ello es indispensable la reparación y el reconocimiento a las víctimas y el devolverles a los seres queridos que un régimen salvaje les arrebató.
Una vez llegué a pensar que el Estado de Derecho cumpliría con esa sacrosanta obligación que le es inherente. Me temo que me equivoqué.
Lo ocurrido ayer con el Juez Baltasar Garzón no es más que la prueba fehaciente de ello. De nuevo vuelven a imponernos la ley del silencio, la de la mordaza, en una democracia que a poco que se esfuerza se muestra más ineficaz, como decía ayer el presidente de los Foros para la Memoria, José María Pedreño.
Pienso, como Almudena Grandes, que detrás de algo como esto hay otros motivos que se nos escapan y que atentan contra la base del sistema.
El poder judicial aprovecha cada ocasión que se le presenta para desprestigiarse y deslegitimarse más, no sólo amparando a los herederos de aquel régimen abominable que nos condenó a cuarenta años de asesinatos, silencio y oscuridad, sino permitiendo que corruptos que se aprovechan de sus cargos públicos para beneficiar a sus partidos y de paso enriquecer sus cuentas personales campeen por la geografía nacional jactándose de su inmunidad.
El poder político es incapaz de legislar leyes firmes que impidan tales actuaciones y, además, rompe los contratos suscritos con sus electores en las urnas como si tal cosa, arguyendo un bien común que generalmente se alinea con el beneficio de unos pocos.
Y los medios, adocenados y sumisos, menosprecian su papel de adalides de la democracia haciendo de pastores traidores del rebaño al que dicen servir.
Así las cosas, la única esperanza que le queda a un sistema democrático tan denostado como manipulado no es otra que la rebelión de la ciudadanía en defensa de unos valores que hoy andan perdidos en la letra pequeña de los contratos de las multinacionales y en los vericuetos de los intereses políticos.
Por eso pienso, hoy más que nunca, que Franco vive y, lo que es peor, que le queda larga vida por delante.
7 comentarios:
democracia?? donde? justicia para quien??
como tú bien titulas franco sigue vivo demasiado vivo. La justicia se aferra a consignas del pasado y ganan, el problema es que en españa sigue caminando la dictadura por oscuros pasadizos y escondidos túneles, lo q ahora ha salido en la prensa por Garzón solo es una anécdota visible por la figura en la que se ha hecho presa.
Me da verguenza de la imagen q estamos dando en la prensa internacional, justicia tercermundista para un país q pretende ser democráticamente moderno...en fines
por cuanto tiempo más??
bss
sinsol: no hay palabras para describir lo que está sucediendo. Es una vergüenza, ni más ni menos.
sinsol cuanto tiempo, un beso.
ayer escribi en el blog de noimporta algo brotado al instante de haber visto lo de Garzon, no puedo creerme que 35 años despues salgan con tanta fuerza y tanto vigor renovado, y dandole aire el poder judicial, ya sabes lo que opino de la politica de este pais, en todos los sentidos, me estan defraudando las politicas de izxquierdas, recuerdo que se le pidió con esperanza que no nos fallara
el PP hizo el boca a boca al regimen oculto para que no muriera y ahora el cadaver como un ave fenix vuela sobre nuestras cabezas, vuela lleno de futuro
me siento decepcionada de este pais
Como en aquella negra época, se ajusticia al disidente, al que ansía libertad, por parte de estructuras que no admiten el más mínimo cambio ni crítica. Es cierto, se ajusticia a la Justicia porque, sin cambios, esto es un simulacro de Democracia.
Dan
Lo que mas me indigna de todo este bodevil es que nuestro excelso Garzon no va a poder, de momento, ser fiscal del tribunal penal internacional. Dado su gran potencial en conocimientos juridicos y paradigma de despiadado perseguidor de dictadores, tanto vivos como muertos, espero impaciente que algun dia se incorpore a ese Tribunal y inicie el proceso contra los crimenes contra la humanidad realizados por la nomenclatura sovietica. Espero que algun sovietico que haya pasado al menos un día en los campos de reeducacion siberianos interponga la denuncia correspondiente para comenzar a descubrir a todos aquellos que, incluso hoy, estan en el poder, reconvertidos obviamente a la democracia. Stalin, BReznier, etc.. temblad.
¿Y Castro? Castro sí que vive y Garzón no ha actuado.
Eso sí que sería útil ya que el Régimen Castrista si que está DE VERDAD en activo.
¿Por qué contra Pinochet sí y contra Castro (y sus herederos, no)?
Y os recuerdo a todos que el juez Varela, que es el promotor de las causas contra Garzón, es DE IZQUIERDAS (miembro de Jueces para la Democracia).
Quizás haya una persecución contra Garzón, no lo sé, pero desde luego no viene desde la derecha.
Por cierto, alguno de los que estais a favor de Garzón ¿os habéis molestado en leer de forma sosegada y racional por qué realmente imputado? ¿o sólo tocais de oido?
Es muy guay acudir a consignas generalistas o vacías como "Franco vive" pero es que realmente no se persigue a Garzón por lo que ha hecho sino por CÓMO lo ha hecho.
Es un Estado de derecho es fundamental el respeto a las leyes y a las formalidades procesales, y Garzón se las ha saltado a la torera. Me da igual que sea "por una buena causa". La ley es la ley, y si no piensas que no es justa lo que hay que es cambiarla por los procedimientos establecidos y no ignorarala tan ricamente.
Imaginemos que cada juez pudiera aplicar o no las leyes según le parecieran justas o injustas.
Yo alucino.
Publicar un comentario