Me ha impresionado esta escena de la película “Flor del desierto”, basada en la vida real de Waris Dirie, una mujer somalí que cuanto tenía cinco años sufrió la ablación y que fue entregada a un hombre mucho mayor que ella en un matrimonio arreglado a la edad de trece.
Waris huyó a través del desierto hasta la capital de Somalia, Mogadiscio, donde su hermana la ayudó a que escapara a Londres, donde trabajó como sirvienta y como empleada de la limpieza.
En las calles de Londres fue descubierta por el fotógrafo Terence Donovan, cuando ya contaba dieciocho años de edad y ahí comenzó una impresionante carrera como modelo.
Cuando se encontraba en la cumbre de su carrera, Waris desveló en una entrevista su mutilación genital y atrajo la atención de los medios de comunicación de todo el mundo. La ONU la nombró ese mismo año embajadora especial contra la mutilación genital femenina. Desde entonces, su labor en defensa de los derechos de las mujeres y su lucha contra la mutilación genital no ha tenido descanso.
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