Alfredo Sánchez Monteseirín, alcalde de Sevilla, no es Lopera, aunque a algunos se le parece.
Además del bochornoso espectáculo en que se está convirtiendo su salida del gobierno de la ciudad, está esa rancia impostura de aparentar lo que no es rayana en el ridículo.
Sólo hay que fijarse un poco en la foto publicada por ABC de Sevilla para advertir la comedia, la falsa pose que intenta velar la verdadera realidad; la humillación de una derrota sin paliativos que te condena a un cautiverio de mendicidad.
Ni que hubiera ganado la Champions League.
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