El pasado viernes 12 de marzo se llevaba a cabo una protesta de activistas frente al Palacio Euskalduna, donde que se celebraba la junta de accionistas del BBVA. Al mismo tiempo, ocho activistas disfrazados de accionistas del BBVA consiguieron burlar el cordón policial y arrojarse pintura roja encima (no a la policía ni a nadie, sino sobre ellos mismos).
La pintura roja se eligió en representación de la sangre, resultado de la inversión del BBVA en la producción y exportación de armamento, los derechos básicos inculcados de mucha gente por proyectos destructivos financiados por el banco, que también financia destrucción ambiental, cambio climático, y las economías de muchos países que redunda en el bienestar de sus ciudadanos.
Era una protesta totalmente pacífica y los activistas nunca opusieron resistencia. En el vídeo que preside el post podéis ver un extracto de la actuación de la Ertzaintza reprimiendo la protesta. Podría utilizar una larga serie de calificativos a la hora de describirla, pero prefiero que sean vuestros ojos y vuestra inteligencia quienes lo hagan.
Actos como este me hacen pensar demasiadas veces al día si el Estado no tiene verdaderamente secuestrada a la libertad de expresión. Cada vez me corroe más la duda.
Vía | kaosenlared
5 comentarios:
¿Libertad de expresión y Junta de accionistas de un banco en la misma frase?
Chungo...
El principal objetivo de cualquier sistema es perpetuarse en el tiempo. La libertad de expresión es tal mientras no ataques al propio sistema directamente y de forma efectiva; en esos casos, la libertad de expresión siempre queda en segundo plano tras el instinto de conservación de la máquina sociopolítica.
Me encanta tu blog, sigue así. Saludos
Gracias Nade. Al final todo se reduce a lo de siempre: proteger los intereses de los mismos a costa de lo que sea. Pobre democracia.
Buf, demasiado. Sobre todo por que no entiendo qué hacen las fuerzas de seguridad vasca reprimiendo una protesta pacífica contra una empresa privada.
Vamos, que son los empleados de seguridad del BBVA, seguridad que pagan todos los vascos y que el banco tiene de forma gratuita.
En fin, podría sacarle punta hasta llegar a afilar demasiado.
A veces no dan ganas de vivir por aquí.
Eso que has explicado tan bien y a lo que, efectivamente, se le podría sacar punta hasta hartarnos, yo lo entiendo como un verdadero secuestro, no ya sólo de la libertad de expresión, sino de la demo0cracia misma, Juan.
Por cierto, amigo, tenemos que repetir el encuentro. Disfruté de lo lindo.
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