Nos inculcan en la facultad que las noticias siempre tienen dos, incluso infinitas caras. Siempre es bueno echar un vistazo al otro lado, a la otra parte de la noticia para observar lo que se cuece allí. Es la mejor manera de que la información realice con precisión su trabajo, su cometido de cuestionamiento permanente de la realidad para que el informado pueda contar con todos los puntos de vista y forjarse su propia opinión.
En los medios tradicionales no sucede esto demasiado a menudo, yo me atrevería a decir que sucede cada vez menos, y eso va en detrimento del periodismo, de la credibilidad necesaria para que el lector nos tome en serio. Pienso que a veces se hace inocentemente, fallos incomprensibles pero humanos en la elaboración de la información.
Sin embargo, otras veces resulta más que sospechoso ese tipo de desliz y no cuesta demasiado imaginar la intención que se esconde tras los titulares y los cuerpos de noticias.
Sólo así se explican las meteduras de pata garrafales que asaltan de vez en cuando las cabeceras y ciertas formas de adjetivar las noticias que nada tienen que ver con la objetividad ni con la representación real de lo sucedido.
Éste vídeo es sólo un ejemplo de los muchos que podríamos extraer a diario de la parrilla informativa. Y habla por sí sólo de algo que es tan evidente que quizás nos negamos a verlo.
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