Alrededor de seiscientos mil informadores de 116 países están convocados a movilizaciones mañana en protesta contra la precariedad laboral en la profesión periodística. La convocatoria ha sido organizada por la Federación Internacional de Periodistas (FIP).
En España, la Federación de Sindicatos de Periodistas (FESP), integrante de la FIP, ha convocado actos en las principales ciudades con el eslogan «Nuestra precariedad es tu desinformación».
Su propósito no es otro que hacer llegar a la ciudadanía “la necesidad de reclamar a los poderes públicos que tomen medidas para garantizarles su derecho fundamental a disponer de información veraz”.
También demandan una ley de garantía de ese derecho mediante la regulación profesional y laboral del ejercicio del periodismo y de las responsabilidades sociales de las empresas de medios.
Es decir, nos piden a los ciudadanos que exijamos al gobierno que subvencione a los medios con dinero público. Hay que decir las cosas por su nombre, es una norma básica del periodismo.
Ya sabemos que la profesión está en una crisis nunca antes conocida. Pero el inflar los medios con dinero de todos sin cambiar nada más me parece tan descabellado como lo que se ha hecho con la banca y sus desmanes.
Entiendo el periodismo como servicio público, pero no tengo nada claro que el modelo de negocio sea el inyectar dinero público a mansalva en los medios tradicionales tal y como hoy los conocemos.
Estoy con Javier Bauluz en que los profesionales tenemos la obligación de recuperar el control del oficio. Eso supone arriesgar para ser capaces de encontrar un modelo de negocio realista y fiable. En ello anda bastante gente y espero que pronto florezcan los primeros frutos.
Pero subvencionar la información entendida como un puro negocio lucrativo me sigue pareciendo una locura descabellada y la mejor manera de ampliar y garantizar el ya férreo control que ejerce el sistema sobre el mercado informativo.
Tal vez los ciudadanos, los verdaderos consumidores de la información y titulares del derecho constitucional tengan algo que decir al respecto. Y espero que lo hagan cuanto antes mejor.
Pero en esta movida lo que yo veo es una alineación lastimosa de los intereses de los periodistas como profesionales con los de los medios como negocio. Cosa que está demostrado que ha llevado al periodismo a la bancarrota en la que se encuentra sumergido.
Y aunque es triste, no le veo ninguna lógica.
Vía | La huella digital
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo, Gregorio: Subvención es sinónimo de dependencia que, al final (voluntaria o involuntariamente), coarta la libertad. ¿O se escribir a favor del aborto en una revista pagada por la Conferencia Episcopal? O te quitan la subvención o te echan.
Anónimo: pues eso.
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