"¿Por qué no acabamos con la inhabilitación? Al principio quedaría raro, pero sería estupendo que un concejal, un dirigente de partido o un consejero autonómico pudieran ejercer desde la celda, con sus visitas, sus discursos, sus actos oficiales y, en general, las labores propias de su oficio. El ambiente carcelario ganaría en empaque y en variedad, y el político saldría ganando: se ha comprobado que, en ciertos casos, el delito da votos. Si unas cuantas imputaciones les hacen subir en los sondeos (véase el PP), ¿qué no haría una temporada en prisión?"
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Conociendo a este país, Enric, acabaríamos gobernados con mayoría absoluta por un Alcapone cualquiera.
06 octubre 2009
Los políticos y el talego
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2 comentarios:
En efecto, en València ya hay un gobierno que va camino de...
Félix: esperemos que no se pierda por el camino.
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