Mi obra literaria

30 septiembre 2009

Desmantelar barcos cuesta vidas

“Los trabajadores acarrean en sus hombros las planchas de acero, pesadísimas y a veces todavía calientes por los cortes. Con caras curtidas por la resignación de una vida sin futuro, se mueven como autómatas. Con un calor sofocante, caminan entre las moles de acero lo más lentamente posible, pero sin parar para no irritar a los capataces que se esconden bajo sombrillas. Los obreros llevan estos trozos de esqueleto metálico a los camiones que los transportarán a las plantas que harán de ellos varillas para la construcción. Así pasan hasta 16 horas al día.”

Más en “Cementerios de barcos”.

El desguace de las moles flotantes construidas por el hombre tiene un alto precio en vidas de quienes lo ejecutan y provoca un daño irreparable al medio ambiente. Mientras, los verdaderos responsables de la chatarra y los países que lo consienten miran para otro lado y cuentan como avaros las cantidades de dinero ahorrado.

Todo sea por el desarrollo planetario del capitalismo salvaje.

Vía | otromundoesposible

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