Espeland

"Si todos fuéramos funcionarios tendríamos hambre y corrupción"

Lo ha dicho Esperanza Aguirre con ese ojo clínico que la caracteriza y pasándose por los encajes de la enagua el respeto a un colectivo de profesionales a los que pone en entredicho.

Es muchísimo mejor, dónde va a parar, que todos fuésemos “libegales”.

En ese caso disfrutaríamos de un país idílico donde la solidaridad humana facilitaría que cada cual cogiese lo que necesitase para subsistir, un país donde las libertades y derechos ciudadanos estarían más que garantizados y protegidos como en pocos, donde nadie se dedicaría a inmiscuirse ilegalmente en la vida de los demás, incluidos los amigos, donde ninguna asociación de amigos ideológicos se financiaría de forma ilícita y nadie se dedicaría a ver tramas conspiratorias hasta debajo de las piedras.

En ese caso, digo, los españoles nos despertaríamos cada mañana embargados por la insuperable ilusión de residir en Espeland, el país de las maravillas.