No sabía yo que el toreo se había convertido en un fundamentalismo. Pero Múgica me lo acaba de desvelar. Porque en esto no hay que dar razones, aquí "O se cree o no se cree, es sensibilidad suprema".
Y si no creemos, somos tontos y además carecemos de sensibilidad divina.
Yo tenia entendido que los toros gustan o no gustan, no que tuviesen el poder de otorgar memeces y sensibilidades sobrenaturales.
Pero Múgica, que de esto sabe tela, ha abierto los ojos.
Todo un detalle por su parte.
Gracias don Enrique.
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