Me ha parecido a mí que no ha tenido demasiado eco la contribución que José Luis Orihuela ha hecho al artículo de Joao Pedro Pereira “Da conversa ao insulto, em pouco mais de um clique” y que versa sobre la gestión de los comentarios en los cibermedios, publicada en infotendencias.com.
Y me ha parecido escaso el eco porque lo que explica José Luis en el post en cuestión no es moco de pavo.
“Los comentarios y las nuevas formas de participación de los usuarios en los cibermedios, ponen de manifiesto los límites de la utopía de la conversación, que ha sido uno de los motores de la web social. Estamos aprendiendo que las conversaciones no se producen automáticamente por la existencia de herramientas de participación, sino que requieren una cultura de la participación en la que el respeto mutuo, la coherencia y la educación son condición necesaria”
Los comentarios sólo reciben nuestra atención en lo que a comunicación y participación de los lectores concierne. Son el exponente más claro de lo que se ha dado en llamar “conversación en la red”. Sin embargo ha habido experiencias en las que dicha conversación, como explica José Luis, no existe. Porque es unidireccional y sólo tiene un objetivo; insultar.
El mal uso de la herramienta ha quedado más que claro en varias ocasiones, en algunas de ellas incluso ha costado caro. Pero nos enfrentamos a los comentarios insultantes, o incluso a los menos malvados spam, desde la duda de suprimirlos o no. Los bloggers, que nos declaramos como adalides de la libertad de expresión, mostramos dudas a la hora de eliminar esas incursiones violentas y descabelladas en nuestros sitios en aras a esa libertad de expresión que nos vanagloriamos de defender. Craso error.
José Luis propone algunas alternativas para los medios digitales, como los superusuarios encargados de la moderación, la valoración y etiquetado de comentarios por parte de la propia comunidad y una política editorial que establezca con claridad las condiciones de participación.
En mi caso, la política editorial la determino yo mismo y pasa por la eliminación automática de cualquier comentario insultante que pueda comprometer al blog y a su autor. Sin ninguna duda y sin contemplaciones de ningún tipo.
Y además estoy convencido de que es el mejor favor que le puedo hacer a la libertad de expresión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog no se responsabiliza de los comentarios de los lectores y se reserva el derecho de no publicar los mensajes de contenido ofensivo o discriminatorio.