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30 junio 2008

El demócrata enfermo


La democracia española está enferma”.
Lo afirma el lendakari Ibarretxe. Y se queda tal cual.
Y lo dice cuando, todavía, en el país que él gobierna el miedo campa a sus anchas por las calles y plazas, impidiendo ejercer una ciudadanía libre a sus gobernados.
Lo dice cuando, todavía la muerte acecha al discrepante y extiende su velo de terror a todo aquel que no se pliega a la voluntad de su macabro ejecutante.
Lo dice cuando los vascos no pueden permitirse aún sentirse libres, amenazados por la cizaña de la violencia que sesga y coarta la cotidianeidad de tantos ciudadanos, que se ven obligados a vivir la democracia como un pecado.
Una democracia atada de manos y con la voz rota, silenciada por el clamor de las armas, por las vidas cobradas de forma inútil por aquellos que no entienden otras palabras que las que emanan de las gargantas sombrías de las armas.
Lo dice un demócrata enfermo, ciego por satisfacer un ego insaciable.

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