Esta semana se ha hecho público en Estados Unidos el informe de la investigación llevada a cabo por el Inspector General del Departamento de Justicia. Las conclusiones no pueden ser más contundentes.
Los prisioneros eran obligados a actuar como perros, a pasear desnudos ante mujeres soldados, a permanecer esposados en posición fetal hasta 24 horas, permitiendo que se hicieran las necesidades sobre sí mismos. Eran intimidados con perros, obligados a llevar ropa interior femenina, sometidos al martirio permanente de las luces estroboscópicas y expuestos al frío y al calor extremos (“la bañera”).
Toda una sarta de ejercicios democráticos en aras al enaltecimiento de los derechos de los detenidos, para regocijo de los militares, los agentes de la CIA y algún que otro agente del FBI y con el consentimiento silencioso de sus superiores.
Dicen los politólogos que esta es una sana costumbre democrática en un país que se tiene por adalid de la libertad. Me refiero, no a las torturas, sino al hecho de que, tarde o temprano, sacan sus trapos sucios al aire para ventilarlos. Y puede que tengan razón.
Pero a mí, sinceramente, empieza a joderme que en la cultura democrática la autocrítica y la depuración de responsabilidades siempre lleguen demasiado “a toro pasado”.
¿Acaso es imposible tomar medidas preventivas para evitar sucesos tan denigrantes?
La verdad, sigue habiendo algo en ello que no logro entender.
Se siente dolor cuando se piensa en ello!
ResponderEliminarBesos Jack y otro para Sinsol
No se puede entender y no hay manera de dar con las claves de estas aberrantes conductas.
ResponderEliminarLo que más duele es que todo esto lo hagan precisamente los paises que venden,libertad, democrácia, justicia etc.cuando lo único que hacen es prostituir estos valores.
Me pregunto, si realmente la especie humana ha evolucionado hacia algo suficientemente positivo para considerar que merecemos la pena??
Supongo que a nivel individual algunos sí pero como conjunto dejamos bastante que desear.
besos y otro para lp