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14 abril 2008

Ya iba siendo hora, Carme

Iba siendo hora ya de que la mesura, el sentido común ancestral, la capacidad y la eficiencia que caracteriza a las mujeres desde que los tiempos son tiempos, se impusieran en un mundo cerrado, claustrofóbico, como tradicionalmente ha sido el ejército.
Capitán, mande firmes
Y ha quedado hasta bonito, yo diría que ilusionante.
Una mujer, Carme Chacón, catalana y embarazada de siete meses, se ha convertido hoy en la primera mujer española que recibe los honores de ordenanza y pasa revista a la tropa en un acto castrense.
Se acabaron aquellas heroínas pseudo machos de los vetustos libros de historia. La feminidad también tiene un pliegue para el ejercicio del poder, aunque le pese al machista empedernido de Antonio Burgos, que como buen vocero de la derechona de este país ya ha elevado su grito al cielo.
¿Qué sentirán nuestros compatriotas soldados cuando la voz que los hacer cuadrarse e increparles a los vivas de rigor es femenina? ¿Una madre preocupada y vigilante? ¿Una novia orgullosa de sus actos heroicos? ¿Una amiga que te reconforta en los momentos difíciles?
Si en algún submundo hacían falta toneladas de sensatez y de apertura al exterior, ese era el ejército. En todos los ejércitos. De haber sido así desde hace miles años, estoy seguro que se hubiesen ahorrado muchos litros de sangre inocente, porque si hay alguien en este mundo que ha padecido como nadie las guerras, esas son las mujeres.
En un cuento que escribí hace muchos años puse en el pensamiento de una mujer el “sepultar para siempre en los calabozos de su alma la estupidez de los hombres que despertaban una mañana cualquiera y besaban a sus mujeres e hijos diciendo me marcho a la guerra”. Y es que las mujeres siempre han estado apartadas de ese círculo donde se toman tales decisiones, siempre por hombres, y rara vez se la has dejado opinar.
Me gusta que mi país tenga una Ministra de Defensa, que por una vez los hombres, los rudos hombres de ese círculo tan determinante en la historia de este país, prueben un poco de su propia medicina. Que sirva para que nuestro ejército se preste al pueblo que les paga y se emplee en tareas más constructivas.
Le deseo toda la suerte del mundo a Carme y todo mi apoyo. Será duro, estoy convencido de ello, pero también será reconfortante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que tal si no necesitasemos ministras de defensa xq no necesitasemos ser defendidos. Bueno esta es otra película.
No me emociona el tema de ministr@s en defensa.
Aunque mejor ellas en cualquier caso.

Y los que ladren que se tomen un valium.

Interesante el nuevo Ministerio de Igualdad, esperemos conseguir 0victimas del terrorismo machista. Pero esto tambien es otra película.

Es curioso que algo tan elemental nos resulte tan llamativo (cuando la mayoría de ministros han sido hombres no era ninguna noticia)Siglo XXI otros tantos y seguiremos con lo mismo.

En fin esperemos que algún día la igualdad sea algo asentado como normal en nuestros pequeños cerebritos.

besos

Gregorio Verdugo dijo...

Es cierto, no debería ser noticia sinsol. Pero el castrense ha sido y es una mundo cerrado de hombres, a cal y canto. Estoy seguro que una mujer es capaz de cambiar eso y además es necedsario, la sociedad lo necesita. Allí también se dan casos de violencia de género, pero en muchos casos el machismo imperante los enmudece. Hay que airear el ejército y después, si quieres, lo disolvemos.
Un abrazo.