La futura supresión de líneas que piensa llevar a cabo Tussam ya provoca protestas ciudadanas.
En el seno de la empresa todo está paralizado; nadie se acuerda del famoso Plan de Viabilidad, Troncoso no da señales de vida y la actividad negociadora parece en estado de hibernación mientras pasa esta oleada de calor africano. Incluso el parlanchín Arizaga está tan calladito que hasta le favorece.
Mientras el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, inaugura hasta el estornudo del primer mosquito de la nueva temporada de verano, los ciudadanos empiezan ya a paladear el gato por liebre de más de una década.
Como podréis deducir, todos los alicientes necesarios como para soñar con un futuro mejor.
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