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16 marzo 2010

El tamiz que vela las cuentas de Tussam

Según publica la Agrupación Sindical de Conductores (ASC) en su blog, han tenido acceso un informe realizado por un gabinete de economistas independientes en el que se señalan “importantes desequilibrios contables en referencia a los últimos ejercicios cerrados y a las cifras a las que se tienen acceso sobre el presupuesto de 2009”.

Según este sindicato, el Ayuntamiento dejó de aportar en 2007 casi quince millones de euros y cerca de veinte en 2008, con lo que el desequilibrio presupuestario sólo en esos dos años se elevaría a casi treinta y cinco millones de euros, un veinticinco por ciento de la deuda acumulada de Tussam.

También desvela el informe que a pesar del aumento de gasto de personal durante el período 2007-2009 (recuérdese que se aumentaron el número de líneas y se rescató la de Bellavista) de algo más de seis millones de euros, éste fue contrarrestado con una productividad generada de casi quince millones, lo que supone un superávit de más de ocho millones.

Por otro lado, los gastos corrientes y de servicios se elevaron en dicho período más de un sesenta por ciento, alcanzando la cantidad de casi 13 millones de euros, algo que no cuadra demasiado bien en una empresa que atraviesa una situación tan delicada como Tussam. A lo que hay que sumarle el 37% que se elevó el apartado de gastos financieros.

Los responsables de la empresa se jactan de afirmar en cualquier ocasión que se les presenta que el Metrocentro no ha salido de las arcas de Tussam. No es cierto, el tranvía se ha cargado en su integridad en las cuentas de la empresa. Hasta tal punto es así que, segun ASC, la sociedad ha tenido que vender activos por un valor de 40 millones de euros.

Sin incluir las obras, tanto las del tramo Prado-Plaza Nueva, ni tampoco la de las cocheras del Metrocentro, ni el mantenimiento anual del tranvía, Tussam ha pagado más de doce millones de euros en material técnico, incluidos cuatro trenes abonados sólo en un 75% de su valor y casi setecientos mil euros en las farolas fernandinas que sustituyeron a las primitivas catenarias en la Avenida de la Constitución. Todavía queda un quinto tren y la implantación del nuevo sistema de baterías, que según dicen nos saldrá gratis. Esperemos que no sea igual de gratis que el resto del cacharrito. ¿Os hacéis una idea ya de dónde provienen buena parte de esos 120 millones de euros de deuda?

El juguetito ha salido algo caro, más bien oneroso, y claro cuando los números no cuadran y la gestión no acompaña, lo fácil es echarle la culpa a los trabajadores, esos multimillonarios sátrapas, y a su milenaria incapacidad.

Arizaga, ese hombre, gestionar no sabrá, pero a imponerse a las bravas no le gana nadie. Y para muestra un botón.

Cuando se implanta el nuevo sistema de billetaje sin contacto se realiza un calendario para el canjeo de los bonobuses magnéticos por las nuevas tarjetas. Se establece como fecha tope para canjear los bonobuses antiguos el 29 de enero de este año. Posteriormente, ante la alta demanda de canjeo, se prorroga como fecha límite al 12 de febrero, no pudiéndose canjear ningún bonobús con posterioridad a dicha fecha. Todo ello con el visto bueno y el consentimiento expreso de la más alta instancia de la empresa, o sea del ínclito Arizaga.

Pero hete aquí que el 19 de febrero, es decir siete días después de la fecha tope, Arizaga debió encontrar unos cuantos bonobuses magnéticos en algún cajón olvidado de su casa y se los llevó a Tussam para canjearlos por los nuevos. Casualidades de la vida.

Los operarios de la dependencia a la que los llevó le recordaron su propia orden de fecha límite para hacerlo siete días atrás. Pero claro, Arizaga es el gerente, el que manda por encima de todas las cosas, incluidas sus propias órdenes, y removió Roma con Santiago, por aquello de que aquí se hace lo que yo digo y basta, y al final tuvieron que canjearle los bonobuses caducados. No es que fuera una gran cantidad de dinero, porca miseria, pero es que un gerente es un gerente, y en el caso de Arizaga más.

Mientras tanto, más de cien ciudadanos de Sevilla que tampoco llegaron a tiempo para el canjeo y efectuaron la oportuna reclamación están todavía esperando la respuesta de la empresa.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con caciques como el ínclito es fácil gerenciar una empresa: "yo mando, y punto". Luego, los desbarajustes, que lo paguen (y sufran)los demás; es decir, los trabajadores, claro. Pero, ¿cómo llegan a donde llegan estos inútiles? Bob Dylan lo sabe: "la respuesta, mi amigo, está en el viento".
Dan

Enrique dijo...

Y esto solo con los datos a los que han tenido acceso, figúrate lo que podrán contar con los datos ocultos que solo los “imputados” conocen. Una prueba más y van……. de los manejos de los “comandantes/ jefes del cuartel de san Fernando”. Es muy significativo que con los datos escasos con los que han hecho el informe se demuestre también el aumento de la productividad generado por los trabajadores. En definitiva estamos en las manos de gente muy peligrosa que no escatiman en aplicar argucias para imponer cual si fuera régimen cuartelario sus criterios a toda costa.
Salud Grego.