cabecera_tipográfica_trans

20 noviembre 2009

José Mújica, de ex-guerrillero a potencial Lula de Uruguay


Para la mayoría de los uruguayos que acudieron a votar el pasado 25 de octubre, y que tendrán que volver a hacerlo el 29 de este mes para elegir al Presidente de Uruguay, la cuestión más importante a dilucidar no es quién ocupará el cargo. Casi todos dan como vencedor al candidato del Frente Amplio, José Alberto Mujica Cordano. Lo único que se cuestionaba en estas elecciones es si lo lograría en primera vuelta o en la segunda como finalmente ha sucedido.

Además de las presidenciales, los uruguayos rechazaron mediante referéndum la anulación de la ley que negó a los tribunales la posibilidad de procesar a los torturadores y asesinos de la dictadura. De haber sido aprobada, el país hubiera podido ajustar cuentas con su memoria, porque “al tratarse de una anulación hubiera tenido carácter retroactivo” afirmó Danilo Astori, Ministro de Economía del anterior Presidente, Tabaré Vázquez, y número dos de la candidatura de Mujica. Está claro que los asuntos de la memoria histórica siempre son molestos, con independencia de que haya un océano de por medio.

El Frente Amplio es una máquina potente y bien engrasada. Su poder y capacidad técnica a la hora de marcar la línea política a seguir y controlar que no se produzcan desvaríos es capaz de conseguir malabarismos tan inverosímiles como transformar a un ex-guerrillero en el futuro Lula criollo.

José Alberto Mujica, de 74 años y apodado “el Pepe”, vive en una granja en las afueras de Montevideo. El Pepe, que permaneció encerrado en un pozo durante meses por orden de los militares, goza de la peculiar habilidad de conseguir que sus compatriotas se identifiquen con su manera de hablar. Y esto en política es un bien de valor incalculable.

Sin embargo, es la línea trazada por el propio partido la responsable de que se haya convertido en el más que seguro próximo Presidente de Uruguay. En palabras de Rodrigo Arocena, rector de la Universidad de la República, “Uruguay está gobernado por el Frente Amplio”. Se trata de una organización que aglutina todo el espectro de la izquierda y centro izquierda, de línea socialdemócrata, y que apuesta abiertamente por la continuidad y la negociación como buques insignia.

El propio Mujica se ha preocupado de decir bien claro y bien alto allí donde se le ha requerido que Uruguay necesita y alienta la inversión extranjera, en clara alusión a la política de nacionalizaciones emprendida por otros líderes latinoamericanos. Es la más palpable demostración de que la vieja izquierda de trincheras y guerrillas evoluciona hacia posiciones más acordes a los tiempos que corren y evita el choque frontal.

Esteban Valenti, periodista y responsable de la campaña de Tabaré Vázquez, explica que han sido los militantes del Frente Amplio quienes transformaron la situación de parálisis en la que quedó el partido tras unas desafortunadas y sorprendentes declaraciones de Mujica sobre la justicia. En aquella ocasión, los asesores tomaron cartas en el asunto irritados por lo ocurrido y se esforzaron por controlar estrictamente al candidato.

Uruguay es uno de los países con mayor participación política y ciudadana de la zona. Supone todo un espectáculo para los ojos del visitante pasear los días de elecciones por las calles de Montevideo y contemplar la explosión de color de las banderas y los distintivos de los partidos a los que cada uno va a votar engalanando las ventanas y balcones de las casas.

“Aquí, como en la mayor parte de América Latina, el voto es obligatorio. Pero aunque no lo fuera, la participación electoral alcanzaría el noventa por ciento”, afirma Valenti.

Ese funcionamiento engrasado y persistente del partido es el culpable de que esté tan presente la figura de Lula da Silva en las elecciones de Uruguay. Mujica se ha encargado de ponerlo de manifiesto con sus propias palabras. “Si hay algo que admiro del Presidente Lula es su manera de gobernar, la metodología que puso en pie de negociación y diálogo”, ha declarado.

Palabras que han sido remarcadas por su segundo de a bordo, Astori, cuando afirmó que “Lula encaró el primer desafío de América Latina, que era compatibilizar desarrollo social con orden y crecimiento económico, y todos los gobiernos de signo progresista de América intentamos ese mismo camino”.

Es toda una declaración de intenciones que muestra a las claras que en una maquinaria política engrasada con precisión de relojero suizo, todo ha de funcionar a su hora y sin cometer el más mínimo fallo. Y no es otro que el Frente Amplio el manijero del invento.


PD: crónica realizada para un ejercicio de Periodismo Político Internacional.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas, soy uruguaya y recien lei tu articulo sobre las elecciones en nuestro pais. rapidamente te queria decir tres cosas: primero, pepe mujica es sin tilde en la "u". segundo, arocena no es rector de la universidad de montevideo (facultad privada) sino de la Universidad de la Republica (facultad publica y gratuita del pais). tercero, el nombre del candidato a vicepresidente con mujica, es Danilo Astori.
Nada mas. Saludos.
josefina

Gregorio Verdugo dijo...

anónimo: todo arreglado y gracias por la información.