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24 septiembre 2009

Al cardenal de Sevilla se le hacen un lío los números

No acostumbra a ser hombre de polémicas Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo de Sevilla. Es de los pocos prelados de la Iglesia católica que suele ser prudente en sus valoraciones y emitir juicios de valor en los que predomina el sentido común. De toda la jerarquía eclesiástica que conozco, fundamentalmente a través de sus declaraciones en los medios de comunicación, Amigo Vallejo siempre me ha merecido un gran respeto por las virtudes antes explicadas.

Pero monseñor no deja de ser un Cardenal y como tal barre para casa y está en su derecho a hacerlo. Como también estoy yo en el mío cuando cuestiono algunas de las afirmaciones que alegremente se lanzan a los cuatro vientos arrimando el ascua a su sardina.

Ayer, en la conferencia que bajo el título «La labor social de la Iglesia en épocas de crisis» ofreció en el Foro Oromana de Alcalá de Guadaíra, reivindicó “la aportación social de la Iglesia al Estado”, que valoró en 36.000 millones de euros frente a los 150 millones que dice que la Iglesia percibe del IRPF. Hombre monseñor, sin poner en duda que la Iglesia, efectivamente, contribuye con labor social importante y de hondo calado, se ha pasado su señoría tres pueblos.

No veo yo al cardenal hombre de mentiras, pero sí que se hace un lío con los números, esos materiales mundanos. Sin profundizar en demasía, tan sólo dándose una vuelta por la web de la Conferencia Episcopal se puede verificar que la cantidad recibida por las aportaciones del IRPF sólo en el año 2008 asciende a 241, 3 millones de euros. Ello propiciado por la aplicación del incremento del coeficiente al 0,7 y la eliminación de la exención del IVA, desde el 1º de enero de 2007, medidas ambas promovidas por el gobierno ateo y laico de Zapatero.

Entre las actividades que destaca el cardenal como las causantes de esa colosal deuda de millones que el Estado de todos tiene para con ellos la atención de 2,5 millones de enfermos, 1,5 millones de pobres y el cuidado de 72.000 ancianos en las residencias de la empresa.

Claro que todo eso lo dice el cardenal –de nuevo lío con los números- sin aplicar los descuentos correspondientes, entre otros muchos, a las cantidades que reciben las organizaciones que se dedican a estos menesteres de los fondos públicos –tan sólo Cáritas percibió 79.381.598,33 euros en 2007-y las cantidades percibidas de las pensiones que cobran íntegras a buena parte de los ancianos que se alojan en sus residencias.

En fin, que se ve que se le dan mucho mejor las almas que las matemáticas, monseñor.



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