El hospital que Médicos Sin Fronteras gestiona en Tikrit resultó gravemente dañado a raíz del bombardeo sufrido por la ciudad el pasado 13 de junio. Este hecho impide que se pueda prestar la atención médica adecuada a las cerca de 40.000 personas que se han visto desplazadas de la ciudad a consecuencia del estallido de violencia de los últimos días. Mediante un comunica, MSF hace un llamamiento a todas las partes enfrentadas para que garanticen de inmediato que ni el personal médico ni las instalaciones de salud serán objeto de nuevos ataques y exige que se respete la vida de los civiles.
"Los ataques directos o indirectos sobre el personal y
las estructuras de salud dificultan gravemente la prestación de asistencia
médica. Miles de personas se encuentran en una situación muy delicada y
necesitan urgentemente que podamos atenderles", explica Fabio Forgione,
coordinador general de MSF en Irak. "Ataques como el de Tikrit ponen a
nuestro personal y a los pacientes en una situación de riesgo grave y nos
impiden llevar a cabo nuestro trabajo".
La ola de violencia en Irak crece día tras día y la
situación humanitaria empieza a ser extremadamente preocupante, especialmente
en Mosul y en la provincia de Anbar, en el noreste del país.
"Cientos de miles de personas han huido de Mosul y de
la provincia de Anbar, y se enfrentan a condiciones de vida muy difíciles. La
mayoría de ellos ha buscado refugio en las escuelas, mezquitas, edificios sin
terminar o han acudido a las casas de sus familiares. Necesitan urgentemente
agua, refugio, alimentos y atención médica de urgencia. Sin embargo, el mero
hecho de proporcionar la ayuda más básica supone ahora mismo un desafío de
enormes proporciones. Más aún en estos momentos, en los que hemos comprobado
que las estructuras médicas también son objetivo de los ataques”, afirma
Forgione.
Pese a la volátil situación de seguridad, el pasado domingo
los equipos de MSF distribuyeron ayuda a 250 familias en la ciudad de Bashiqa,
en el distrito de Mosul. Los equipos en Bashiqa y Tess-Kharab (entre Erbil y
Mosul) también están llevando a cabo clínicas móviles para atender a los
desplazados.
En los próximos días, MSF aumentará sus actividades con más
clínicas móviles en la zona entre Dohuk y Mosul, un área en la que se han
refugiado miles de personas en los últimos días. También abrirá una clínica en
Kirkuk, y reforzará sus equipos quirúrgicos en Tikrit y Hawijah. Si las
condiciones de seguridad lo permiten, Médicos Sin Fronteras seguirá
distribuyendo materiales de ayuda a los desplazados más vulnerables en todas
las zonas donde la organización está trabajando.
Desde abril, los equipos de MSF prestan asistencia a los desplazados
de Tikrit que han huido desde Falluja. MSF ha distribuido materiales de ayuda
como kits de higiene y mantas a 3.000 familias.
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