Mucho se está hablando en estos días sobre la actuación de
la policía ante las manifestaciones de protesta por las medidas restrictivas
que está tomando el Gobierno de Mariano Rajoy. El viejo refrán se ha hecho
carne y los defensores del orden han puesto sus barbas a remojar al ver cómo
rapaban las del vecino.
Han suscitado cierta expectación hechos como que los
policías de la UIP se despojaran de sus cascos de la guerra de las
galaxias ante la presencia de compañeros
que integraban una protesta de funcionarios o que dejaran transcurrir una
manifestación de sus compañeros por todo el centro de Madrid, cortando el
tráfico allá por donde pasaban, sin que intervinieran ni una sola vez y sin que
se produjera ni un solo incidente.
Qué decir sobre el hecho del misterioso
sabotaje de casi 100 furgones policiales que han aparecido como por ensalmo
con todas sus ruedas pinchadas o inutilizadas, o declaraciones como las
recogidas en
este artículo por parte de los representantes sindicales del colectivo
policial.
Sobre todo cuando permanecen frescas todavía en nuestras retinas las imágenes de las actuaciones policiales en la protesta de los estudiantes valencianos o en cualquiera de las convocatorias del Movimiento 15M que, por una u otra razón, han acabado en enfrentamientos con las fuerzas policiales.
Sobre todo cuando permanecen frescas todavía en nuestras retinas las imágenes de las actuaciones policiales en la protesta de los estudiantes valencianos o en cualquiera de las convocatorias del Movimiento 15M que, por una u otra razón, han acabado en enfrentamientos con las fuerzas policiales.
Como yo, de natural, sufro una cierta alergia a ese tipo de
individuos que suele acudir uniformado y ataviado de porra y casco a las
manifestaciones, y no precisamente a mostrar su descontento con las actuaciones
gubernamentales, me tomo este tipo de hechos ciertamente esperanzadores con
bastante moderación.
Porque si hago una interpretación literal de los mismos,
conforme al comportamiento que históricamente viene siendo habitual de este
tipo de fuerzas de contención, no me queda otra que llegar a la conclusión de
que han decidido dejar de pegar no por convencimiento propio o porque han
decidido unilateralmente alinearse en contra de la injusticia. No.
Si han dejado o piensan dejar de hacerlo es, sencillamente, porque les han rebajado el sueldo y les han birlado una paga, igual que miserablemente nos están birlando al resto el futuro. Es decir, dejan de pegarnos sólo por un puñado de miles de euros, nada más. Si los obtuvieran de la forma que sea, su actuación probablemente volvería a ser la misma independientemente de que la injusticia continuara campando a sus anchas por el predio patrio.
Si han dejado o piensan dejar de hacerlo es, sencillamente, porque les han rebajado el sueldo y les han birlado una paga, igual que miserablemente nos están birlando al resto el futuro. Es decir, dejan de pegarnos sólo por un puñado de miles de euros, nada más. Si los obtuvieran de la forma que sea, su actuación probablemente volvería a ser la misma independientemente de que la injusticia continuara campando a sus anchas por el predio patrio.
Aún así, bienvenidos todos aquellos que de alguna manera y
por el motivo que sea se oponen a la salvajada que este gobierno y también el
anterior están cometiendo con este país. En el sentido estricto del término, nos
encontramos ante unos traidores que venden el país y su soberanía con tal de
mantener un sistema que les permite seguir gozando de sus privilegios
intocables. Eso sí, les pido lo mismo que les ha pedido Don Ricardo en su impecable
reflexión de hoy.
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